Presentó un memorándum policial que fijaba el lugar del operativo mil metros más adelante.
Ayer, José Luis Dopazo, abogado de Franco Farrero, el adolescente que embistió a un auxiliar de policía que estaba haciendo control vehicular, dio detalles de la prueba que presentó para demostrar su teoría de que el operativo estaba mal ubicado.
“Es una orden pública emanada de la autoridad policial que se dedica a los operativos de tránsito”, dijo el letrado, sosteniendo en sus manos el memorándum 203, el cual lleva la firma del comisario Enrique Vignale. “El considerando del memorándum está hecho con muy criterio. Dice que se realicen todos estos tipos de operativos para prevenir accidentes de tránsito, no para provocarlos. La prevención implicaba que el lugar donde se debía realizar tenía que ser un lugar seguro. Por eso se estableció, con buen criterio, en la Aguada de Pueyrredón, frente al barrio de los Visitadores Médicos. Al incumplir esta orden, se hizo el operativo mil metros atrás, justamente en un lugar muy peligroso”, explicó Dopazo.
“Esta orden se incumplió, evidentemente, realizando el operativo en un lugar muy distinto al cual se había ordenado. Y en lugar muy peligroso. Es una curva que viene de una bajada, donde los autos circulan a una velocidad importante. Posteriormente a la curva se puso un obstáculo a los conductores, que fue el operativo de tránsito”, agregó el abogado.
“El juez ha tomado la causa la semana pasada. La causa está caratulada como ‘Farrero solicita abocamiento’. Esto quiere decir que Farrero, de inmediato, a través de este estudio jurídico, compareció a la Justicia a solicitar todos los elementos que la Justicia estaba investigando. Esto tendrá que ser investigado dentro del ámbito de la Policía de la provincia y el juez deberá delimitar las responsabilidades con los elementos que causaron el accidente”, dijo el abogado sobre los pasos a seguir de ahora en adelante.
Finalmente, al ser consultado por el estado de su defendido, Dopazo contó que “ha sufrido un trauma psicológico importante”, problemas cervicales “y los daños faciales de los que se dio cuenta al momento del accidente”. Con respecto al grado de culpa de su defendido, debido a la alta velocidad a la que supuestamente venía, el letrado simplemente refirió que eso será determinado por la Justicia.