Carta Abierta San Luis hizo un análisis. Responder a la pregunta acerca de las causalidades que han hecho posible que los hermanos Rodríguez Saá estén atravesando su vigésimo noveno año de ejercicio del poder político en la provincia de San Luis, a través de la ininterrumpida sucesión de gobernaciones de Adolfo y Alberto (y algunos años de Alicia Lemme, que es lo mismo), supone reflexionar en torno a una arquitectónica del poder que han sabido construir y desarrollar con los años.

Una de las estrategias clásicas de la manutención del poder político, que bien han sabido utilizar los hermanos Rodríguez Saá, está basada en la construcción de una historia adecuada a los designios políticos del presente. Esta estrategia está basada, a su vez, en el ocultamiento de la distinción entre historia entendida como la sucesión total de hechos acaecidos e historia como la reconstrucción  de ese intangible caos de hechos sucedidos.

Así, la historia conocida, difundida, es en realidad historia escrita o registrada, que para ser precisos deberíamos llamarla historiografía (escritura de la historia). Sin embargo, tal como puede advertirse, la historiografía supone una acción interpretativa por parte de quien o quienes escriben la historia, y es allí, en esa dimensión hermenéutica donde es posible, o bien describir el pasado del modo más cercano posible a lo acontecido, o bien escribir ese pasado desde la intencionalidad política del presente.

Pues bien, creemos que esta es una de las estratagemas desarrolladas y perfeccionadas por los Rodríguez Saá a lo largo de su extensa ocupación del poder: han construido una historiografía de San Luis a través de una constante repetición de la propia y astuta interpretación histórica difundida incansablemente a través de medios masivos de comunicación, bajo su dominio (Canal 13 de la Provincia y Diario de San Luis, luego Diario de la República). Sin embargo, es preciso resaltar, pues en esto subyace el engaño artificioso, han mostrado la propia e intencionado historiografía como historia de San Luis.
El objetivo fundamental de la construcción historiográfica rodreguesaaista está dada por la estrategia inventiva del príncipe (del latín, princeps: Primero y más excelente, superior o aventajado en algo).

La historia de San Luis se escribe a partir de la exacerbada persona del primer mandatario cuya figura adquiere visos titánicos: todo lo puede, nada escapa a su poder, su acción es primordial, originaria y por ende, punto de partida de todo lo demás. De ahí que la historia egregia de San Luis está contenida en los polos temporales del valeroso Pueblo Puntano de la Independencia, cuya entrega patriótica vació de futuro económico-político a la provincia, y el advenimiento de príncipe-titán Rodríguez Saá cuya misión fue y es, la restitución de un San Luis venturoso arrancado de las fauces del atraso y la pobreza.

Basta hacer un repaso de discursos, acciones de gobierno y titulares periodísticos del Diario de la República, para advertir la estratagema de la historiografía rodriguesaaísta que pretende devenir  historia de San Luis.
Esta construcción historiográfica tiene objetivos claramente políticos, puesto que está escrita para justificar el presente poder político y su perpetuación. Tal es la historia que los hermanos gobernantes vienen escribiendo y reescribiendo desde 1983 hasta nuestros días.

Otra de las cuestiones en donde queremos posar nuestra mirada reflexiva es en la finalidad del poder político, que en el caso de la provincia de San Luis se trata desde 1983 de un control hegemónico de la totalidad del poder republicano ¿Por qué la paulatina abolición de la independencia de los tres poderes en San Luis que implicó el sometimiento del
poder legislativo y el judicial?

Son claros ejemplos del mencionado sometimiento, la nula autonomía del bloque mayoritario rodriguezsaaista en la legislatura puntana. Los sumisos legisladores esperan los proyectos del ejecutivo cual órdenes del príncipe que deben ser cumplidas, bajo pena de ser excluidos de los beneficios económicos que implica tal sometimiento. Es así que legisladores o funcionarios que osaron manifestar alguna disidencia con las principescas órdenes debieron abandonar ese barco de obsecuentes, pasando a fungir actualmente en alguna fracción política opositora.

Por otro lado, el desconocimiento por parte del principado de los legisladores electos del Acuerdo Cívico y Social en 2009 por los Departamentos Belgrano y Dupuy, y el aval implícito del poder judicial de la provincia es una muestra de actitud similar a la del poder legislativo provincial.

Es evidente que un príncipe no soporta gobernar bajo el principio republicano de la distribución del poder que a su vez fomenta el contralor de los poderes entre sí. Esto nos ha llevado a la inevitable consumación de una democracia puramente formal en San Luis, es decir, a la consumación de un gobierno (el gobierno de los Rodríguez Saá) ejercido desde la concepción del autoritarismo dogmático, pero que se muestra hipócritamente con la cara lavada y sonriente del pluralismo de “capitanes de pájaros”.

* La noción de “arquitectónica” se ha usado en filosofía desde Aristóteles, pasando por Kant y llegando hasta Bajtin y Enrique Dussel, para referirse a la posibilidad de desentrañar los secretos escondidos en el funcionamiento de un sistema, cualquiera sea: arquitectónica de la razón, del lenguaje, de la política. Trazando analogías con el maestro mayor de obra o el arquitecto que es quien tiene el plano de la obra, que lo comprende y es capaz de transformar una idea en edificio, la arquitectónica busca poseer el plano del sistema en cuestión, puesto que con ese plano es posible tanto comprender el sistema como desarrollar estrategias para transformarlo.

Adhieren a este Texto:
Teresita Archina, José Cid, Olga Corbetta, Miguel Debortoli, Maricel Cuci, Marcelo Digenaro, Susana Domeniconi, Teresita Fiorentino, Marta Elena Fourcade, Ana María Garraza, José Luis Jofré, Cecilia Jofré,  Hugo Klappenbach, Alicia Lartigue Mabel Falcón, Juan Larrea, Silvia Lacreu,  Ernestina Leone, Graciela Legarri, Mercedes Loizo, Pablo Melto, Aníbal Oliveras, Eduardo Oro, Ángel Rodriguez Kauth, Alejandro Rodriguez Villafañe, Ines Rubio, Wences Rubio, Maria Concepción Salas, Ramón Sanz Ferramola, Carla Strazza, Ana Maria Tello, Alfredo Velasco.