En total, son casi 30 las personas que viven en la zona inundada, 16 adultos y 12 niños que sobreviven, en su mayoría, gracias a la Asignación Universal por Hijo. Se trata de una gran propiedad venida a menos, donde 8 familias alquilan las habitaciones que todavía no se han caído a pedazos y comparten un solo y precario baño. Es una especie de “vecindad”, como la del Chavo del 8, pero mucho más pobre y pequeña, ubicada a la vera del tramo del Corredor Vial Central comprendido entre avenida Italia y el pasaje Francia, el cual también se vio seriamente debastado por la furia del agua y la irresponsabilidad con la que se está llevando a cabo la obra.

“Cuando llegamos nos encontramos con la altura del agua hasta la cintura. En la autovía que están haciendo ahora no han hecho un canal, no se ha desagotado, y se colapsó todo. Lo que tenía que caer para el canal, cayó encima de la casa y la gente perdió todo”, contó un bombero voluntario que prefirió permanecer en el anonimato para no tener problemas en su trabajo.

“Antes de hacer la elevación y compactación de tierra, tendrían que haber hecho el canal, romper donde están las vías en la Italia, hacer los dos canales y ahí empezar a hacer la compactación”, agregó el bombero, quien además aseguró que durante el rescate no recibieron colaboración alguna de Defensa Civil o Bomberos de la Policía, a quienes lo solicitaron una motobomba para desagotar el lugar. “No recibimos ayuda ni del Municipio para llevar a esa gente al albergue municipal para que pasen la noche ahí”, concluyó el hombre.

Al día de ayer, el panorama todavía era sumamente gris en la vecindad inundada. En el patio común hay cochecitos, sillas, garrafas y ropa que aún no se ha secado del todo, mientras que en otras partes de la propiedad están tirados los empapados colchones que los vecinos, al ser tomados por sorpresa, no pudieron salvar del agua y tanto lamentan haber perdido. 

“Estábamos todos durmiendo. Cuando quisimos ver, empezó a entrar el agua y quedamos todos a la deriva. Alguna gente con casi medio metro, la otra casi a un metro. Todos nos quedamos sin camas, sin colchones y sin mercadería. Están todos los chicos descalzos o en medias porque todavía no se termina de secar nada”, contó Miguel Romero, uno de los vecinos inundados.

“La única ayuda que tuvimos fue la de los bomberos (voluntarios). Ellos vinieron con una bomba y sacaron lo que más pudieron porque se le taparon los filtros. Ellos sacaron lo que pudieron y nosotros, entre los muchachos, estamos con las palas haciendo el canal al costado de la ruta”, agregó Miguel, quien está tomando todas las precauciones para no volver a sufrir otra inundación. 

Hasta el momento, la única ayuda que las 8 familias han recibido son 4 colchones que les entregó un tal “señor Vera” de la UTE (unión transitoria de empresas) que está haciendo la obra. “Quedó en traer mercadería, pero hasta ahora no ha vuelto”, contó Teresa Gatica, quien vive con su pareja y sus dos hijos en dos habitaciones.

“Nadie vino a hacer nada”, agregó Teresa Pereyra, una joven que vive hacinada junto a sus cuatro hijos en un “monoambiente” de 3×3. “Que alguien nos de una solución, aunque sea mercadería, zapatillas para los niños o frazadas, lo más necesario”, pidió la mujer, todavía esperando que el Gobierno o la Municipalidad le reponga todo lo que perdió por culpa de la irresponsabilidad con la que se está llevando a cabo la construcción del Corredor.


El pasaje Francia también sufrió la destrucción del agua y la irresponsabilidad del Gobierno


El patio de la propiedad todavía está inundado


Algunos de los tantos vecinos que esperan que alguien se haga cargo de la inundación


La habitación todavía inundada de Laura Ríos. La joven tuvo que subirse a la mesa para proteger a su bebé del agua


Ropa y zapatillas que todavía no se secan


Un colchón y una cama totalmente destruidos por el agua


El precario baño que comparten 8 familias


El canal que están cavando los propios vecinos para no sufrir otra inundación

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