Pasará a un décimo de la distancia que separa a la Tierra de la Luna. La imagen de un meteorito impactando contra la tierra forma parte del imaginario popular. Son conocidas las grandes películas hollywoodenses como Armagedón que tematizan la cuestión. Desde la escuela primaria se pregona la hipótesis de que la extinción de los dinosaurios se debe a un fenómeno de estas características.

Hace aproximadamente un año se descubrió un asteroide denominado 2012 DA14, de unos 45 metros de diámetro. Dicha formación pasará el 15 de Febrero, cerca de la media noche de Argentina, a un décimo de la distancia que separa a la Tierra de la Luna. Si bien la precisión con la que se conoce la órbita de este satélite permite asegurar que un impacto con la Tierra es imposible, el problema radica en que la zona por la que transitará coincide con el sector en el que se encuentran los satélites relacionados a las comunicaciones.

Este es el primer asteroide que va a pasar a tan corta distancia sin impactar. Sin embargo es muy poco probable que se vea a simple vista, aunque sí con instrumentos especiales, ya que tiene un brillo muy bajo y la sombra de la Tierra se va a proyectar justamente por el lugar donde pasará. “Las condiciones para observarlo desde Argentina no son favorables, ya que durante su máximo acercamiento, se encontrará bajo el horizonte”, especificó Cristian Giuppone, astrónomo e investigador asistente del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental (IATE, CONICET-UNC).

La amenaza del gigante

El 9 de enero de 2013, el asteroide Apophis de 300 metros de diámetro tuvo su máximo acercamiento a la Tierra. Antes de las observaciones realizadas en enero de este año, los especialistas pensaban que esta inmensa roca que vaga por el espacio tenía muchas probabilidades de impactar con la Tierra en 2036.

No obstante, si bien la órbita de este asteroide no se conoce con precisión, con los nuevos datos se calcula que la colisión es casi imposible: menor a una en un millón.

La órbita del Apophis se va a poder determinar con mayor exactitud a partir de una observación que se realizará en 2029 cuando vuelva a acercarse. En esa oportunidad “es factible que envíen una sonda robótica para estudiar su composición química, su superficie y otros parámetros para conocer mejor el asteroide, su composición, su historia y el proceso de formación del Sistema Solar”, sostiene Giuppone.