En la nota encontrará el imperdible cruce durante la sesión entre el concejal poncista y Zulema Rodríguez Saá. Como se preveía, el escándalo que protagonizó Néstor Menéndez por tirarle una taza de café a Raúl Laborda sería tocado tras en cuarto intermedio del jueves pasado. Tras más de una hora de debate, los concejales aprobaron sancionar con un apercibimiento (llamado de atención) a Menéndez, quien todavía no se disculpó por el hecho al que sigue sosteniendo que fue un accidente.
Al retomarse la sesión, el presidente del Bloque de Compromiso Federal, Carlos Rosso pidió una sanción a Menéndez que consistió en un apercibimiento por su conducta. Menéndez calificó al pedido de ilegal y “si cree que esto en un colegio de monjas se ha equivocado por media cuadra”.
Las palabras del concejal desataron que la presidenta del Concejo, Zulema Rodríguez Saá le pidiera que se hablara con respeto en el recinto. A los pocos segundos se produjo un intercambio de palabras entre los ediles.
Menéndez: Estoy de acuerdo con ustedes que no podemos entrar en los actos de violencia. Interrumpir la palabra, levantarse gesticular, avanzar sobre otro concejal. Todo eso es un acto de violencia, expresó Menéndez.
Rodríguez Saá: Tirarle café a otro concejal no es violencia.
M: Al accidente al que usted hace referencia o incidente. Realmente fue una cuestión menor en torno a todos los hechos previos que habían sucedido.
RS: Discúlpeme. Usted a mí me tiró la Carta Orgánica asique no puede hablar que no es violento.
M: Nooo. Usted me dio la Carta Orgánica y yo se la devolví como no la cumplía ni la hacía cumplir, yo por eso se la devolví.
RS: Le voy a pedir que no sea violento porque está la violencia moral. Me vuelve a agredir moralmente y lo voy a denunciar al INADI.
M: Tenemos en cuenta su apreciación.
Luego, Francisco Guiñazú propuso que Menéndez y Laborda retiraran las palabras que pronunciaron el día de la agresión y pidieran disculpas al Cuerpo. Pero como nada de eso finalmente sucedió, más adelante en la sesión propuso que se sancionara a ambos.
Por su parte, Laborda resaltó que no pedía una sanción para Menéndez, ya que solamente pretendía una disculpa.
Más adelante, vino el insólito pedido de Menéndez. El edil pidió que se sancionara a la presidencia del Concejo Deliberante “por permitir que el debate se saliera de cauce. Si la sesión anterior se salió de cauce se debe a que la presidencia no cumple con su función”.
Cuando Jacinta Lucero intervino en el debate propuso un cuarto intermedio para hablar con Laborda y Menéndez para arreglar la situación. El cuarto intermedio de 15 minutos se aprobó pero Menéndez no acudió a la conciliación de Lucero, solamente estuvo Laborda.
Tras el cuarto intermedio, cuando los otros ediles terminaron de hacer el uso de la palabra, había tres mociones para votar.
-Apercibimiento para Menéndez propuesta por Rosso que fue la aprobada
-Apercibimiento para Menéndez y Laborda propuesta por Guiñazu
-Apercibimiento para la Presidencia propuesta por Menéndez
Una vez que se aprobó el apercibimiento se continuó tratando el tema que dio origen al escándalo, el pedido de interpelación al secretario de Obras y Servicios Públicos, Ramón Zarrabeitia. Tras un breve debate, la iniciativa fue girada a comisión para ser analizado.