“Contratos urgente”, fue la consigna de una de las pancartas de los manifestantes.

Más de 30 pasantes que desarrollan tareas en la salud pública protestaron en Terrazas del Portezuelo para seguir pidiendo que se les otorgue un contrato. El reclamo de los pasantes se suma a la catarata de pedidos del gremio de profesionales de la salud.

El viernes pasado, aunque la manifestación fue convocada a las 10 de la mañana, los primeros en llegar a la rotonda de Walmart fue un reducido grupo de pasantes. Mientras esperaban a sus compañeros, el reducido grupo de pasantes tenía la incertidumbre si se sumaría más gente a la protesta.

La Policía hizo una breve aparición en el lugar donde estaban los pasantes. Un par de efectivos bajaron de la camioneta y uno de ellos indagó sobre el motivo de la manifestación. A los pocos minutos, los uniformados se retiraron.

Cerca las 11 horas, una de las pasantes pegó un grito de alegría cuando observó que por el Puente Derivador bajaba caminando un grupo de sus compañeros para sumarse a la protesta. Con más pasantes que se sumaron a la protesta, el grupo emprendió su marcha hacia Terrazas del Portezuelo para entregar un petitorio.

Cuando los manifestantes llegaban a la rotonda que da acceso a terrazas del Portezuelo se encontraron que la reja que está varios metros antes estaba cerrada pero finalmente pudieron pasar y lograron llagar hasta la puerta del acceso principal de la Casa de Gobierno.

“La molestia de nosotros los pasantes es que se tomó gente del Plan de Inclusión Social para los nombramientos del Materno Infantil ¿Por qué no nos preguntaron a nosotros si queríamos ingresar al Materno Infantil como contratados? Se tomó gente de otros lugares del país, ¿por qué no a los puntanos?, se quejó Mary, una pasante que trabaja en el Hospital San Luis desde 1999, quien destacó que realizan el mismo trabajo que un empleado de planta permanente.

La pasante agregó que muchos de los pasantes con muchos años de antigüedad y que superan los 30 años, no tienen la posibilidad de conseguir un trabajo mejor porque según su visión, no se los contrataría. “Tengo un hijo de 28 años que se cansa de repartir currículums por todos lados y no es fácil conseguir un trabajo, imagínate nosotros”, expresó Mary.

“Estamos dolidos, llenos de odio porque no nos dan bolilla. Esta señora, la jefa del Hospital, nos dice mentiras. Somos las herramientas del Hospital, somos los camilleros. Jamás tuve posibilidad de contrato”, comentó Norberto Lucero, otro pasante que trabaja como camillero.

La consigna de una de las pancartas que llevaron los pasantes dice: “Contratos urgente”. Un pasante cobra la módica suma de $1.070.