El fin de la epidemia está cerca. Es preciso desmitificar para barrer con el estigma y la discriminación. Hace ya más de 30 años que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) comienza a incidir en la realidad cotidiana de la humanidad, marcando un hito que moviliza tabúes, mitos, prejuicios y donde el estigma y la discriminación son su cara visible.

A nivel global, existen múltiples características de la epidemia que se entremezclan con la cultura del lugar, y así la religión, la economía y tantas otras variables dan su carácter particular a la epidemia en cada pueblo, ciudad, país y continente. En este camino, hay creencias que pasan en algún momento a convertirse en mitos generando barreras para trabajar en prevención.

Por ello es indispensable conocerlos para manejar información correcta y contribuir así a la educación.

MITO: Una persona con VIH tiene síntomas y su estado es notorio con solo mirarla

No existe una manera de determinar si una persona está infectada con VIH con solo mirar su rostro o su cuerpo. Más aún, la mayor parte de las personas que se encuentran infectadas de VIH no tienen ninguna sintomatología y cuando ésta aparece, tiene que ver con una larga historia de infección asintomática. Por lo tanto se debe usar preservativos en todas las relaciones sexuales donde haya penetración y realizar la prueba de determinación del VIH aún cuando no se tengan síntomas.

MITO: Compartir espacios cerrados, usar el mismo baño o tener contacto físico con una persona que tiene VIH provocará la transmisión del virus

El VIH no se contagia sino que se transmite. Diferenciar estos dos conceptos es de suma importancia para el manejo de la sociedad en relación a la epidemia. Una enfermedad contagiosa es aquella que tiene un agente infeccioso que puede vivir fuera del cuerpo humano y llegar a infectar a través del contacto con el medio ambiente (agua, aire, alimento, etc.) a otro ser humano. En cambio, el VIH es casi inviable fuera del ser humano y para su transmisión necesita un contacto directo entre dos personas a través de las relaciones sexuales, sangre o de la madre al hijo durante el embarazo, el parto y la lactancia. Por lo general, en las enfermedades contagiosas su prevención se basa en el aislamiento mientras que en las transmisibles, como el VIH, no es necesario aislar a la persona.

MITO: No hay forma de evitar que una embarazada que vive con VIH contagie a su bebé antes o después del nacimiento

Una vía probable de infección por VIH es la transmisión vertical. Una mujer infectada por VIH tiene un 40% de posibilidad de transmitírselo a su hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia. Esto plantea que no todo hijo de una madre que vive con VIH necesariamente va a estar infectado y que, actualmente si la madre realiza un tratamiento antirretroviral efectivo se reduce el riesgo de transmisión a menos del 1% por lo que debemos abogar para que en el futuro cercano no tengamos más niños que nazcan infectados por VIH.

MITO: Por tener una única relación sexual sin protección con alguien que tiene VIH no tengo riesgo de contraer el virus

Siempre que haya penetración (oral, anal o vaginal) hay riesgo de transmisión en diversos grados pero al usar preservativo esa probabilidad de infección nunca es mayor del 5%. Más allá de esto, el uso del preservativo es la vía más segura para tener relaciones sexuales y evitar además otras enfermedades de transmisión sexual.

MITO: No se puede contraer VIH por hacerse piercings o tatuajes

Además de las relaciones sexuales sin preservativo, otra vía probable de infección es la sangre a través de las transfusiones, intercambios de agujas o el contacto directo. Los tatuajes son una vía de transmisión no
sólo de VIH sino que de otras infecciones como las hepatitis B y C, entre otras.

Hoy las personas con VIH tienen la posibilidad de realizar un tratamiento antirretroviral que mejore su calidad de vida controlando la enfermedad y evitando la  transmisión del virus. Por otra parte, las personas que viven con VIH deben evitar volver a infectarse para asegurar la efectividad del tratamiento porque si el virus reingresa se genera un desequilibrio en el organismo al aumentar la carga viral.

En conclusión, caminamos el último tramo en la historia de la epidemia del VIH/Sida; su fin está cerca por lo que debemos desterrar aquellos mitos que obstaculizan el recorrido a su cura.

Acerca de AHF AIDS Healthcare – www.aidshealth.org

AIDS Healthcare Foundation (AHF) fue fundada en 1987 en los Estados Unidos y es actualmente la organización de lucha contra el SIDA más grande del mundo. Su misión es proveer medicina de vanguardia y asesoramiento legal independientemente de la situación financiera de los pacientes. Atiende a más de 200.000 personas con VIH, desarrollando y apoyando proyectos en 28 países, incluyendo en el caso de Latinoamérica a: México, Guatemala, Ecuador, Argentina, Paraguay y Perú y es el proveedor más grande de cuidado médico de VIH/SIDA en Estados Unidos.

Su misión es tener una voz verdaderamente independiente para librar al mundo del VIH/SIDA. Su financiamiento proviene de emprendimientos sociales propios, una cadena de farmacias, tiendas de segunda mano, contratos de salud y otras alianzas estratégicas que le permiten proveer servicios médicos y de asesoramiento en todo el mundo.

Generar y definir nuevas e innovadoras formas de tratamiento, prevención y promoción es el sello distintivo de su éxito. Actualmente, desarrolla una iniciativa de testeo masivo para identificar y tratar a las 25 millones de personas que no saben que están infectadas en todo el mundo. Al trabajar en pos de grandes metas – su objetivo es testear mil millones de personas por año, número sin precedente- AHF espera poner fin a los antiguos y desgastantes tratamientos.

Desde 1987, AHF ha cuidado de miles de personas viviendo con VIH y SIDA alrededor del mundo y ha creado e implementado programas sin precedentes en comunidades de Estados Unidos y el extranjero, así como también ha ampliado la entrega de asistencia sanitaria y busca influir en políticas públicas con el único objetivo de salvar más vidas.

La Fundación con recursos por U$S 800 millones opera actualmente 18 centros de salud AHF en los estados de California, Florida, Georgia, Ohio, Texas y Washington DC. También dispone de 32 farmacias, una unidad de investigación clínica, un programa de manejo de la enfermedad a través del Estado de Florida (Positive Healthcare/Florida), y el primer programa de cápitas para prepagas para el cuidado de personas diagnosticadas con SIDA (Positive Healthcare/California).

En la actualidad, AHF cuenta con alianzas y opera en más de 60 países sin clínicas para tratamientos contra el SIDA fuera de los Estados Unidos, dentro de los cuales se encuentran Camboya, China, Estonia, Etiopia, Guatemala, India, Kenia, Lituania, México, Nepal, Nigeria, Países Bajos, Ruanda, Rusia, Sierra Leona, Sudáfrica, Suazilandia, Tailandia, Uganda, Ucrania, Vietnam y Zambia. AHF también lleva a cabo programas de entrenamiento para proveedores médicos en China, Haití, Nigeria, la Federación Rusa y Ucrania.