Todos los detalles de lo que ayer se vio en la atestada sala del Tribunal Federal.

Apenas uno entra, a la izquierda, se encuentra un pequeño y selecto puñado de gente que asiste en carácter de observador; entre quienes ayer figuraban el intendente Enrique Ponce, acompañado de su hijo, el concejal electo Germán Ponce, y de su jefe de Gabinete y sobrino, Luis “Piri” Macagno, quien es hijo de desaparecidos. También se encontraba presente el flamante rector de la Universidad Nacional de San Luis, Félix Nieto Quintas, mientras que el gran ausente fue el Gobierno provincial, el cual no envió ningún representante y ni siquiera ha tocado el tema en su Agencia de Noticias.

Luego de los observadores, frente a la pared izquierda, se encontraban los abogados querellantes, Carlos Pereyra y Norberto Foresti, quienes contarán con la colaboración de Pablo Salinas, del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Mendoza. Ya en el centro, se encuentra el tribunal que juzgará a estas personas, presidido por José María Perez Villalobo e integrado por Marcelo Álvero y Héctor Cortés, con Oscar Alberto Hergott como juez sustito. Frente a ellos, los familiares y víctimas de las torturas.

Del lado derecho se encuentran los más de diez abogados defensores, muchos de los cuales se taparon el rostro cuando se le permitió a la prensa ingresar a tomar imágenes, claramente avergonzados de defender a esta gente.

Por último, también del lado derecho, pero al fondo, recorriendo la sala como lo harían las agujas de un reloj; se encuentran los imputados; algunos tratando de parecer viejitos frágiles, mientras que otros posaban desafiantes e indignados ante las cámaras. La mayor parte debe tener más de 65 años de edad, pero unos cuantos todavía no llega a los 60, o tienen 60 y pocos, por lo que deben haber tenido alrededor de 20 años cuando ocurrieron los delitos de lesa humanidad de los que se los acusa.

Además, en la sala para periodistas y demás observadores, como organizaciones de Derechos Humanos, estaba dispuesto un televisor, mediante el cual se podía a ver a los represores Ángel Fernández Gez, Carlos Esteban Plá y el mayor Osarán, quienes seguirán el juicio a través de Internet, desde la provincia de Buenos Aires, donde cumplen prisión domiciliario y común (como es el caso de Plá). Enrique Manuel Ortuvia Salinas hacía lo mismo desde Mendoza.

Y si bien la causa está caratulada “Menéndez, Luciano Benjamín y otros”, el represor que era jefe del Tercer Cuerpo de Ejército no estuvo ni sentado en la sala ni presente vía Internet, ya que debe responder por otras acusaciones en Córdoba y La Rioja, simultáneamente.