La familia viajaba, a bordo de una van Chevrolet Spin, desde San Juan hasta la localidad sanluiseña de Villa General Roca. Estaban a tan solo 15 kilómetros de su destino cuando el conductor mordió la banquina de la ruta, lo que hizo que la van diera varios tumbos, para terminar tendida de costado en la banquina de la ruta. La mujer luego le contó a Paterno que el accidente se debió a que ella, que era quien iba al volante, “venía con sueño, cabeceó y mordió la banquina”.
“Mientras realizábamos lectura de caudalimetros (medidores de agua), una señora de aproximadamente 70 años de edad nos hace señas desde el costado de la ruta. Cuando nos acercamos, vimos que estaba cubierta en sangre y pudimos observar un auto volcado. En realidad estaba de costado, pero había dado un par de tumbos”, contó Héctor.
Inmediatamente, el inspector de San Luis Agua vio que el esposa de la señora, de unos 75 años, había logrado salir del vehículo, mientras que los pasajeros del asiento trasero, dos hermanos de aproximadamente 40 años, todavía estaban atrapados. “Ahí me quedo solo con la familia, porque mi compañero se va a buscar ayuda a General Roca, ya que no había señal de celular en la zona”, relató Paterno.
“Me subo al auto y abro la puerta y logro sacar a uno que estaba parado. El que quedó en el auto se quejaba que le dolía mucho el hombro, por lo que preferí dejarlo ahí. Le pregunté si estaba cómodo, más allá del dolor, y me dijo que sí. Como hacía un calor infernal y no había sombra. Además, no le quería lastimar más el hombro sacándolo”, comentó Héctor.
Continuando con su relato, Paterno dijo que en ese momento un matrimonio que venía en una camioneta blanca también se puso a ayudarlos e inclusive bajó unas sillas para que se sentara la señora que conducía la Spin, la cual estaba deambulando, mientras su marido se había quedado sentado contra una de las ruedas del vehículo. “Les dimos agua, les limpiamos un poco las heridas y les brindamos ayuda psicológica”, contó el inspector de SLA, quien agregó que pasaron un susto muy grande cuando a uno de los hijos se empezó a quejar de un dolor muy fuerte en el pecho. “Por suerte, tomó un poco de agua, se tranquilizó y se le pasó”, comentó.
Quince minutos después de haber encontrado a la familia accidentada, Jorge Ramírez regresó al lugar del hecho, acompañado por una ambulancia. “El que me preocupaba era el señor, que estaba sentado en la rueda con los codos en las rodillas y las manos en la cara, con una toalla tapándose la cabeza, donde tenia un golpe. Y en cuanto llegó la policía y ambulancia, se desmayó”, recordó Paterno, destacando la rápida respuesta de los servicios policiales y médicos.
Finalmente, luego de que otra camioneta de SLA se sumara al auxilio, la familia fue derivada al Policlínico de San Luis Capital. Desafortunadamente, debido a su estado de shock y a que la Policía le estaba tomando sus datos, no pudieron darles las gracias a los inspectores de San Luis Agua que, yendo más allá del deber, les brindaron tan importante ayuda en una de las rutas más desoladas e incomunicadas de la provincia.