En sus fundamentos, el proyecto sostiene que en la Provincia no existen grandes traficantes de droga, pero admite que hay narcomenudeo. El proyecto propone que la  División de toxicomanía de la Policía pase a llamarse Departamento de Lucha contra el Narcotráfico.

“Para poder llegar al traficante, las tareas de inteligencia podrán tener como punto de partida pequeños consumidores y pequeños comerciantes de sustancias ilegales, que en la actualidad, y de hecho, no están alcanzados por la acción de fuerzas federales competentes. Es decir, que la tarea de inteligencia de las fuerzas policiales locales logrará mayor efectividad en la persecución y desbaratamiento de este tipo de delitos”, dice uno de los fundamentos del proyecto.

En lo referido a los artículos de la iniciativa, apenas son cinco de ellos, siendo los más interesantes dos de ellos.

El artículo 3º establece que a partir de la reglamentación del proyecto una vez que sea ley, el Gobierno y el Poder Judicial deberán disponer acciones coordinadas para producir un “blindaje” al ingreso y tránsito de estupefacientes dentro de la provincia. Por lo tanto, se realizarán controles vehiculares, de cargas y equipajes. Además, el Gobierno adquirirá los recursos tecnológicos y logísticos necesarios.

Por otra parte, el artículo 4º, dispone que el Ministerio de Salud deberá controlar la comercialización de psicofármacos y de precursores químicos y de cualquier otra sustancia que sirva para la fabricación de estupefacientes en cualquiera de sus etapas.