También hubo clausuras por la venta de alcohol fuera del horario permitido.

El pasado fin de semana, la Dirección de Bromatología clausuró varios locales por vender alcohol a menores, o realizarlo fuera del horario permitido, en un operativo sorpresa realizado por doce inspectores dentro de la ciudad. Si bien la actuación de los agentes municipales marchó siempre por los carriles institucionales, el dueño de uno de los locales en falta se negó a la clausura. Puesto que los inspectores no cuentan con la ayuda de la policía, sólo pudieron actuar allí de oficio.

Precisamente, este kiosco, ubicado en la intersección de las calles Pedernera y Rivadavia, fue sorprendido vendiendo alcohol a menores. Cuando los inspectores intentaron proceder con la clausura, “el dueño del local se exacerbó”, informaron desde la Municipalidad. “Si nosotros no vamos con la fuerza pública, porque el Juez así lo ha dispuesto últimamente, no podemos más que obrar de oficio. No podemos arriesgar la integridad de los inspectores. Es necesario contar con la asistencia de la policía”, dijo Edgar Medina, director de Bromatología.

Además, un local de venta de automóviles también fue clausurado. Ubicado en la intersección de Ruta 3 y Salvador Segado, la propiedad era muy precaria y peligrosa. Utilizaba además el espacio de la vía pública para exhibir los vehículos, a pesar de haber sido apercibido en repetidas ocasiones.

Por último, se consignó el trabajo de relevamiento e instrucción a los 32 jardines de infantes que se encuentran dentro del ejido municipal. Durante las revisiones se observaron faltas menores y algunos aspectos concernientes a la seguridad por mejorar. El personal ha instruido a los responsables de los establecimientos a fin de brindar a los niños y niñas que asisten todas las instalaciones en óptimas condiciones.