Actualmente, el penal tiene 524 internos, de los cuales 130 son penados y 394 procesados. A su vez, 17 son mujeres y 51 son jóvenes adultos, es decir que tienen entre 18 y 21 años. Por otra parte, son 320 los agentes del Servicio Penitenciario en el penal. 

Uno de las cosas de las cosas que primero llamó la atención apenas se entró al predio fue que en tres torres perimetrales no había efectivos apostados.

A pesar de que varios colegas, incluido este medio, solicitaron varias veces que la gira alcanzara el pabellón de lesa humanidad, el pedido no se cristalizó. Lo interesante de visitar tal pabellón era poder ver las comodidades que tienen esos internos en relación el resto de la población carcelaria que contó el diputado nacional Horacio Pietragalla, tales como aire acondicionado, computadoras con acceso a internet, etc. Es importante recordar que el legislador calificó con un 5 o 6 al penal cuando lo visitó hace casi un mes.

La celda
Para conocer una de las celdas, la comitiva de periodistas fue llevada a un pabellón de procesados de siete celdas en las cuales había un par de internos con la puerta abierta. La celda visitada es para una persona y por el colchón levantado se pude inferir que había sido requisada previamente. Algo llamativo es que la puerta de la celda no es de reja sino que es una puerta metálica con un espesor mucho más ancho al de una puerta habitual y con una pequeña abertura.

Como se puede apreciar en la foto al final de la nota, la celda tiene lavatorio y, aunque no se puede ver, también hay inodoro.

El pabellón tiene una pequeña sala común donde hay heladera, televisor, una mesa y sillas.

La requisa a las visitantes
Las mujeres son las que componen la mayor parte de visitantes en la cárcel. Una visitante debe dejar sus pertenencias de valor como dinero en un sobre que se cierra. El siguiente paso es registrar “los bultos”. Cualquier producto envasado que una mujer lleve a un interno se lo saca de su envase original y se lo traspasa a una bolsa transparente. No se permite que se lleve ningún alimento relleno porque a las agentes no se les permite “romper” la comida.

El último paso es la requisa corporal, las mujeres mayores deben desvestirse en una de las varias cabinas con cortinas y luego se les revisa la ropa. En caso de que vayan con un niño, la madre es la encargada de desvestir al menor.

Aunque no es habitual, hubo muchos casos en que se secuestraron en las requisas objetos no permitidos. “Nos han pasado casos de secuestro de plata, pastillas, de sustancias similar a la marihuana, balas. En las partes íntimas no hacemos requisa, solamente requisamos las prendas. La parte íntima lo hace personal autorizado. Nosotros tenemos que estar muy seguros de acusar a alguien y pedirle al doctor que haga esa requisa”, comentó la ayudante Carina Ochoa, quien agregó que los objetos no permitidos se encontraron tanto en la comida como en ropa.

Armas tumberas
En el último paso de la gira,  Gustavo González Ontiveros, jefe del complejo Penitenciario I, mostró diversas “chuzas” secuestradas en requisas a los internos. Las elaboran con objetos de la celda y de uso común, como por ejemplo una bombilla de mate. Según González Ontiveros, la fabricación de estas armas por parte de algunos internos tiene como objetivo la defensa ante una posible agresión de otros reclusos.

La mayoría de las chuzas que se mostraron a la prensa estaban hechas con hierro para la construcción, pero también hubo otras fabricadas con una lapicera e incluso un pedazo de madera. Como mango de las chuzas se utilizan pedazos de tela o plástico.

Cuando a un interno se le encuentra en una requisa un objeto que puede ser catalogado
como un arma se lo envía a aislamiento entre 5 y 15 días. Además, pierde el derecho de visitas en general, solamente tiene el derecho de una visita por parte de un familiar directo. A pesar de la pérdida del beneficio, se le otorga asistencia psicológica y religiosa si lo requiere.

González Ontiveros tenía otros objetos secuestrados, como dos ceniceros de madera en los que se intentaron contrabandear teléfonos celulares. Como se puede apreciar en las fotos, uno de ellos tenía un fondo falso donde se encontraba el celular.

La visita conyugal
Para lograr la visita conyugal, la pareja visitante debe realizar un trámite y someterse a un análisis. Una vez completados los trámites se emite una resolución. Luego se pide un turno para usar una habitación y concretar al encuentro. Las visitas conyugales en el penal son de tres horas, pero antes eran de cuatro.

La cocina
Una inquietud que surgió apenas se visitó la cocina de la cárcel es la alimentación de los presos. El menú de ayer era carne a la olla y el de hoy es guiso de lentejas, mientras que el jueves habrá hamburguesas con ensalada y el viernes pollo hervido con ravioles. El menú está supervisado por un nutricionista.

Se cocinan diariamente 545 raciones comunes y 44 dietas especiales. En la cocina trabajan 19 internos y cuatro efectivos (2 de ellos cocineros profesionales).

Talleres y Colonia Penal
La Colonia Penal es una dependencia que, a pesar de tener más de 20 años, es desconocida para la mayoría de la población. Es un predio de 39 hectáreas ubicado a 7 kilómetros de la ciudad sobre la ruta 7. Básicamente, la Colonia Penal es una granja en la cual actualmente se crían conejos, cerdos y chivos. En la Colonia trabajan cuatro internos de conducta ejemplar de los cuales uno de ellos reside las 24 horas en el predio. Los tres internos restantes están desde las 7 a 18 horas en la Colonia. Los internos perciben un salario en base a la producción que realizan.

La presencia de efectivos en el predio es mínima, y si no se tuviera en mente eso, tranquilamente se podría pensar que es un campo como cualquier otro.

Luego de la recorrida por la Colonia, la comitiva de prensa fue llevada al penal. La gira comenzó visitando a los internos que fabrican blocks para la construcción. El material producido está disponible para la venta al público a $6 y $7 (precio varía por el tamaño del block), pero también se utiliza para realizar refacciones en la cárcel. En la “bloquera” trabajan nueve internos que cobran semanalmente por su labor de acuerdo a las ventas. El pago promedio semanal es de $250 más un peculio (azúcar, yerba, jabón).

La comitiva fue llevada al depósito de alimentos de penal donde se guardan básicamente pastas, yerba, azúcar y alimentos enlatados. Según contó el efectivo a cargo del área, se realizan los pedidos cada 15 días en los que se invierten hasta $70.000.

En la panadería del penal trabajan ocho internos de 5 a 11 horas produciendo distintos tipos de productos como pan, tortitas, bollitos de anís, pan dulce, etc. En este caso, el pago a los internos depende del volumen de producción, pero cobran como mínimo $200 por semana.

Otra escala de la visita fueron los talleres de carpintería y herrería en los cuales se elaboran diversas cantidades de muebles como mesas y sillas, camas, etc. En el taller de carpintería trabajan 50 internos aproximadamente. En la herrería trabajan 12 internos y se fabrican habitualmente rejas para las casas del Gobierno, pero también parrilleros, chulengos, muebles en hierro, etc. Tanto en carpintería como en herrería, los internos se quedan con las ganancias por las ventas de los productos. 

En el pabellón de mujeres, las internas participan del taller de cotillón, costura y de pintura sobre telas.

El penitenciario pastor
Como todas las cárceles del país, la de San Luis tiene acceso a la religión pero la particularidad es que
cuenta con un efectivo penitenciario que es pastor evangélico. “Soy un caso único en el país”, se jacta el pastor Mauricio Lucero.

La iglesia evangélica del penal está a pocos días de cumplir 15 años y las actividades se desarrollan varios días a la semana, también se organizan recitales y partidos de fútbol contra otras congregaciones.

A falta de conocimiento de otros penales del país habrá que tomar las palabras del diputado nacional Pietragalla, quien recorrió la mayor parte de los establecimientos carcelarios del país, para definir la cárcel provincial: “Es un penal que no es que lo veo en las peores condiciones como he visto en otras provincias”.

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