Nazarena Molina, de tan solo 5 meses, es la tercera criatura en ser asesinada por sus padres en 2014. Sus padres ya fueron detenidos.

El pasado viernes, a las 11.10 de la mañana, Nazarena Molina, una beba de cinco meses, fue ingresada de urgencia al Hospital San Luis. Su madre, Esperanza Barzola (23), dijo que se había caído del cochecito mientras la estaba paseando y se golpeó en la cabeza. El personal médico intentó reanimar a la bebé por un lapso de 40 minutos, pero ya había fallecido.

El cuerpo de Nazarena fue trasladado a la morgue, donde se determinó, luego de la correspondiente autopsia, que había fallecido a causa de una “hemorragia interventricular cerebral”. Sin embargo, la beba presentaba además una hemorragia intestinal, marcas de golpes en su espalda, pecho, brazos y cabeza, además de varias quemaduras de cigarrillos en una de sus piernas y la cola. 

Inmediatamente la madre de la criatura fue detenida y rápidamente confesó que su pareja, Mario Molina (22), golpeaba frecuentemente a la niña cuando esta lloraba. Ese mismo día por la noche, Molina fue interceptado por un policía que se encontraba de franco, quien lo reconoció, detuvo y trasladó a la Comisaría Cuarta, donde Barzola ya estaba detenida. A ambos se les imputa el crimen de “homicidio doblemente agravado por el vínculo con alevosía y ensañamiento”.

“Están como si no hubiera pasado nada, cuando les notificamos de la detención estaban con total indiferencia”, dijo el comisario Ramón Domínguez, quien mostró una total conmoción por el caso. A su vez, la jueza de la causa Virginia Palacios ordenó un allanamiento en la vivienda del barrio San Martín, la cual fue atacada el pasado por vecinos de la zona que intentaron prenderla fuego, aprovechando además la ocasión para robar elementos como una motocicleta.

El tercer hecho del año
Desgraciadamente, este año ya lleva un total de tres bebés asesinados por sus padres. El primer hecho se registró en julio y la víctima fue Jair Emanuel Luchessi, de un año y ocho meses. Su madre, Liliana Luchessi, fue procesa y enviada a prisión preventivamente por su asesinato.

Liliana y Jair Luchessi fueron noticia en 2012, cuando el bebé fue secuestrado en un confuso episodio ocurrido en septiembre de ese año, que habría ocurrido mientras la joven ejercía la prostitución. Una semana después, Jair Emanuel fue hallado en Mendoza y se produjeron dos arrestos. Finalmente, el 4 de octubre de ese mismo año, el gobernador de la Provincia, Claudio Poggi, entregó a la familia del bebé Jair Emanuel el decreto número 4554, el cual garantiza solventar todos los gastos en educación del infante desde jardín hasta la universidad. Ese mismo mes, uno de los presuntos secuestradores del bebé se ahorcó en su celda.

Un año y ocho meses después, en junio de este año, el bebé Jair Emanuel ingresó sin vida al policlínico de Villa Mercedes. Primeramente, la causa de muerte se estableció como “shock hipovolémico de origen traumático en la zona abdominal”, pero luego la forense detectó en el cadáver vestigios de golpes, una fractura en la cara y una cicatriz de quemadura en el antebrazo izquierdo. Además, tenía un diente flojo y lesiones en el frenillo de la boca.

El segundo homicidio se registró en octubre de este año y tuvo como protagonistas a una pareja de jóvenes bolivianos, Pastor Avendaño Choquevillca y Dionisia Panozzo Sejas, quienes inicialmente denunciaron que les habían robado su bebé en la vía pública. Sin embargo, la pareja rápidamente entró en contradicciones propias de una mentira y, al ser presionados por la Policía, confesaron que, como su beba de ocho meses no paraba de llorar, el padre la
asfixió con un acolchado. 

La pareja enterró a su hija en un loteo denominado los Altos de Carpintería, ubicado un kilómetro al este de la Ruta Provincial Nº 1. Luego de que las autoridades encontraran el cuerpo de la beba en dicho lugar y determinaran que murió por una asfixia, a la joven pareja de bolivianos se le dictó prisión preventiva.