Llevaban en una camioneta dos cabezas de ciervos colorados.

Efectivos de la Brigada Rural, al realizar recorridos por la autopista Nº 55, a 10 km de la localidad de Buena Esperanza, divisaron una camioneta Ford Ranger, de color azul, que se desplazaba al norte con tres personas a bordo.

En determinado momento, el conductor detuvo su marcha y descendió uno de los ocupantes, el cual cruza la autopista e ingresa al lote 25, perteneciente a un coto de caza privado de la estancia La Dulce. Posteriormente, esta persona sale a la autopista sacando del interior del campo dos cabezas de ciervo y sube a la camioneta Ford Ranger, continuando su marcha por la referida autopista al sur.

Los policías, con el objetivo de interceptar a los cazadores furtivos, coordinaron un operativo, recorriendo por un lado la Autopista Provincial nº 55 y por otro la ex Ruta provincial Nº 14, ubicada detrás del centro urbano de la localidad de Buena Esperanza.

Minutos más tarde, en la ex Ruta provincial 14, la camioneta fue interceptada y se logró identificar a dos hombres: uno de 40 años, domiciliado en San Javier Yacanto, y otro de 59 años, con domicilio en Las Tapias, de la provincia de Córdoba, quienes niegan en todo momento que había otro ocupante en el rodado.

El tercer ocupante de la camioneta fue detenido poco después, entre la Estancia San Juan y la Estancia El Verano. Esta persona resultó ser un joven de 26 años de edad, oriundo de Buena Esperanza, y se desempeña como guía de caza. El joven le relato a los efectivos que los ocupantes de la camioneta, al ver la presencia policial, lo hicieron bajarse del vehículo y tirar las cabezas de ciervo, las cuales fueron luego recuperadas por la Policía.

Además, se secuestraron dos cabezas de ciervo Colorado, un fusil, una mira telescópica, un cuchillo, una chaira, un prismático, catorce proyectiles calibre 30 y 06 y cuatro vainas servidas. También se procedió al secuestro del rodado donde se conducían estas personas, en el cual se encontraron pelos de ciervo y manchas de sangre.

La causa fue caratulada como “averiguación de antecedentes personales y medios de vida y violación a la ley de conservación a la fauna caza y pesca”.