Se realizó, bajo una intensa lluvia, en la plazoleta de los Derechos Humanos, en Villa Mercedes.

Ayer, el gobernador, Claudio Poggi, participó, bajo una persistente lluvia, de un acto en reconocimiento a los desaparecidos de la provincia de San Luis que se llevó a cabo en la Plazoleta de los Derechos Humanos, en Villa Mercedes. Bajo el lema de memoria, verdad y justicia, todos dijeron presente en el lluvioso mediodía villamercedino.

Durante el acto, se leyeron los nombres de los desaparecidos en San Luis, de los puntanos que desaparecieron en otra parte del país y de los detenidos que ya fallecieron, lectura que fue acompañada de un “presente” luego de cada nombre pronunciado. Inmediatamente, se realizó un minuto de silencio.

Tras el descubrimiento de la placa que recuerda a los oriundos de San Luis desaparecidos en otras provincias la primera en hablar fue Cristina, hermana de Elsa y Eleonor Landaburu, víctimas de la dictadura. Con profunda emoción manifestó: “24 de marzo de 1976, 24 de marzo de 2015, 39 años ya. Una vez más estoy en esta plaza que cobija a nuestros hermanos, desaparecidos de la provincia de San Luis, víctimas del terrorismo de Estado, recordándolos con amor y respeto”.

“Al pronunciar los nombres de nuestra gente, hago un alto en mi memoria y nombro con mucho orgullo a mis hermanas ‘Nené’ y ‘Noni’, a los familiares de Ricardo Saibene, Alfredo Sinópoli, que encontraron sus restos en La Perla, Córdoba, que fue un centro clandestino de detención y exterminio; también abrazo a los familiares de Jorge Ruffa, que sus restos fueron encontrado días atrás en Rosario. Pido a la juventud que tome conciencia de lo que pasó aquel siniestro día para que esto no suceda nunca más”, relató la mujer.

Juan Carlos Palacios, miembro de la Comisión Permanente de Derechos Humanos, afirmó: “El golpe no solo significó el quiebre del orden institucional sino que dio comienzo a la instauración en nuestro país de la más cruel de las dictaduras conocidas. Se ejecutó un plan sistemático para dominar, por medio del terror, a la población y obligarla a seguir sus mandatos. Miles de hermanos argentinos y también extranjeros, entre los cuales se encontraban profesionales, estudiantes, obreros políticos, sacerdotes, monjas, maestros, artistas, periodistas, niños y bebés; fueron secuestrados, presos, torturados, exiliados, prohibidos, cesanteados, discriminados y desaparecidos, creando la triste e impotente incertidumbre de no saber dónde se encontraban, ni si estaban con vida. Todo de forma clandestina, sin ningún tipo de juicio, ni respaldo jurídico alguno y en las formas más violentas que se puedan imaginar”.

Palacios remarcó que, además de todas las pérdidas económicas que padeció el país, “hemos perdido algo irrecuperable, como es el aporte invalorable, de los líderes de dos generaciones, formadas en las décadas del ’60 y ’70, con grandes valores morales, como la justicia, la libertad, la solidaridad, el amor a la vida, la amistad, el valor de la paz, el respeto por las ideas y el compromiso por el bien común”.

Finalmente, Palacios expuso sobre “las consecuencias de ese verdadero plan cívico militar”, aseguró que “son profundas en la sociedad argentina que aún hoy, a algunos sectores les cuesta aceptar lo sucedido y le impide pensar en un proyecto colectivo con destino de grandeza nacional”.