El proceso se llevará a cabo bajo la supervisión del Juzgado Civil y Comercial.
Ayer, Darío Martinelli, secretario general del Sindicato de Panaderos, dio a conocer que tras el dramático cierre de la panadería Crocantes de avenida Illia, entre Chacabuco y Mitre, los trabajadores del comercio estarían próximos a lograr la reapertura del local.
La nueva empresa, que será una sociedad de capital industrial o una SRL, pertenecerá en un 50% a un representante de los trabajadores de la panadería, mientras que el otro 50% será de Marcelo Salado, el cuñado del anterior dueño de Crocantes, Raúl Lucas. Todo esto se hará bajo “la supervisión y control del Juzgado Civil y Comercial del Dr. Eduardo Giménez”, dijo Martinelli.
“Muchos han preguntado si no sería una maniobra fraudulenta. Obviamente que nosotros lo pensamos en algún momento, pero lo avaló el señor juez y obviamente que nosotros también en la medida de que todo va a estar supervisado y controlado a través de la Justicia”, comentó el secretario general del Sindicato de Panaderos, destacando también que Salado “le hizo frente y se ha hecho cargo también de la calle San Martín, porque sino iban a ser 50 trabajadores más que iban a quedar en la calle”.
Esta nueva empresa, cuyo nombre todavía no está definido, reincorporará a aproximadamente el 75% de los trabajadores y utilizará, por el momento, toda la maquinaria de la anterior. “Su señoría nos permitió usar y disponer de esas maquinarias, que algunas están embargadas y otras no. De las ganancias que se obtengan de esta fuente de trabajo la idea es ir levantando los embargos que hay sobre esa maquinaria o ir reemplazándolas y entregándolas a aquellas personas que hayan trabado el embargo por algunos juicios laborales que haya habido en su momento”, concluyó Martinelli, no sin antes señalar que la nueva panadería estaría abriendo sus puertas a fin de mes.