El proceso se hizo por compulsa de precios y no por licitación.
Con el objetivo de finalizar 222 viviendas que se están construyendo en Merlo, el Gobierno, a fines del mes de julio, llamó a licitación para la finalización de dichas casas y la construcción de una planta de tratamiento de efluentes cloacales y su respectivo nexo, pero las propuestas presentadas no fueron consideradas convenientes por el Estado provincial, el cual decidió llamar a una compulsa de precios para “agilizar la reactivación de las obras”.
“Es de público conocimiento la situación por la que atravesó la obra pública provincial durante la gestión anterior, el total abandono que sufrieron muchas obras y el número de empresas quebradas financieramente. Estas viviendas sufrieron esas consecuencias y es por eso que nos ocupamos de agilizar los trámites y reactivar las obras”, explicó el ministro de Obras Públicas e Infraestructura, Felipe Tomasevich, tirando el ya clásico palo a Claudio Poggi.
“A fin de responder con las necesidades sociales de los vecinos, llamamos rápidamente a licitación pero las propuestas que recibimos no eran razonables para adjudicar; deseamos obtener razonabilidad de precios, por eso llamamos inmediatamente a compulsa y realizamos la apertura en el transcurso de la mañana para responder a la necesidad habitacional. Se presentaron tres ofertas razonables lo que va a permitir realizar la adjudicación a la brevedad”, finalizó Tomasevich, sin informar cual fue la empresa adjudicada.