El comunicado fue emitido por la única lista opositora a los Rodríguez Saá dentro del PJ local.
Tras el escándalo vivido durante la noche del martes en la sede del PJ en La Punta, la agrupación Militancia Peronista, que conduce el intendente Martín Olivero, emitió un comunicado repudiando los hechos violentos que allí se dieron. Cabe recordar que La Punta es la única localidad de la provincia donde se presentó una lista alternativa a la Celeste Unidad de los hermanos Rodríguez Saá. Esta lista es la agrupación Militancia Peronista, liderada por Martín Olivero, el único intendente “poggista” de la provincia, por así decirlo.
A continuación reproducimos el comunicado de la agrupación, en la que se repudian los hechos ocurridos y se da su versión de los hechos:
“Por medio de la presente, la Agrupación Militancia Peronista, que se propone disputar en una interna la conducción del partido justicialista de la Ciudad de La Punta, quiere dejar expresado: Que ante la información que se ha vertido en distintos medios, relacionada a los acontecimientos ocurridos el día 28 de Septiembre en la sede del Partido Justicialista de nuestra localidad, repudiamos totalmente cualquier hecho de violencia, ya que nosotros promovemos actuar mediante todos los mecanismos democráticos para alcanzar nuestros objetivos.
“También queremos dejar expresado que desde el momento que bajo las ordenes de la Sra. Zulema Rodriguez Saa, acompañada por el actual Presidente del Consejo Ejecutivo local Dr. Darío Rosas Curi, se fuerza el ingreso a la sede del partido, casa de todos los peronistas de La Punta, y se procede al cambio de las cerraduras de todas sus dependencias siendo una actitud que consideramos una ocupación, se inicia la ruptura del proceso democrático e institucional en la vida de un partido representativo y popular como lo es el Peronismo.
“Como militantes de este espacio político, espacio que ha sido el motor de los cambios más relevantes en las últimas décadas en nuestra provincia, queremos dejar claro que consideramos que parte de la vida institucional y de la lealtad, es poder pronunciarse de manera crítica a las decisiones o los estilos de la conducción cuando consideramos que los mismos no van de la mano de la voluntad popular, y que cuando esto ocurre, solamente se está realizando una crítica. Como representantes tenemos la obligación de esforzarnos para que nuestras decisiones busquen lo mejor para el ciudadano, en ese fin muchas veces se puede compartir y a veces disentir, y eso debe ser parte de una construcción, como también la mejor manera de evitar tomar malas decisiones, pero cuando las discrepancias no pueden ser conciliadas, existen los mecanismos democráticos para dirimirlas, como lo son en este caso las elecciones internas partidarias.
“Lo que ha ocurrido, entendemos que no es interpretar estos preceptos de responsabilidad, lealtad y democracia, sino que lo vemos como un acto de autoritarismo, imposición y disciplinamiento a quienes pretendemos expresar un disenso.
“Siendo los integrantes de esta agrupación militantes de muchos años, conocemos los mecanismos que se utilizaran de aquí en adelante, seguramente aparecerán solicitadas acompañadas de decenas de firmas, solicitadas que algunos casos quienes las suscriben no estarán siquiera enterados de la aparición de sus nombres en estas publicaciones, podrán realizarse denuncias públicas y hasta el uso de las instituciones del estado para intentar explicar lo inexplicable… hemos sido desplazados, o prácticamente echados de la sede del PJ local, nos han impedido el ingreso, se ha designado como ama de llaves a la Sra. Zulema Rodriguez Saa quien siquiera es vecina de nuestra localidad ni tampoco ostenta cargo partidario de ningún tipo, se ha mantenido la custodia del edificio con la fuerza pública, fuerza que
se sustenta con los fondos de todos y que no puede estar protegiendo a nuestros vecinos mientras pierde tiempo en la explanada de una instalación partidaria.
“Esto es lo que sale a la luz, y no queremos que excusándose en un repudiable hecho de violencia, se pretenda esconder este acto de imposición y demostración de poder, como lo hacen quienes se creen “dueños” y no gestores de turno de una institución”.