La cuota aumentó un 38% en marzo y se anunció una suba del 26% para julio, llevando el valor a $3.200.

Ante un nuevo aumento de la cuota, proyectado para el mes de julio, padres que mandan a sus hijos a la escuela privada Santo Tomás han realizado una presentación ante las autoridades de la institución, pidiendo que se de marcha atrás con la medida. El aumento que la escuela anunció para el mes de julio es del 26%, que viene a sumarse al del 38% que hubo en marzo, llevando así la cuota a $3.200. 

Según el abogado de las familias, Juan Calabria, existe un protocolo, fijado por el decreto nacional 24/7 del año 93, que “los establecimientos educativos de gestión privada, que reciben subvención del estado, tienen la obligación de notificar y discutir con los padres el contrato educativo que se va a mantener, en cantidad de cuotas y en cantidad de dinero, durante el año lectivo siguiente y solo lo pueden variar atado a un porcentaje del aumento que sufran los sueldos docentes”.

Si bien el aumento de este año es del 64%, contando desde julio del año pasado, la cuota del Santo Tomás ese porcentaje llega al 100%. “Eso significa que los salarios docentes deberían haber tenido un aumento del 200%”, dijo Calabria, quien remarcó que según el decreto en cuestión, “los colegios están limitados a aumentar un 50% de lo que se aumenta en la escala salarial”.

A su vez, cabe remarcar que el Santo Tomás, como lo develó un informe publicado por La Gaceta, recibe una altísima subvención por parte del Estado ya que se trata de una escuela confesional. Mientras que las escuelas laicas reciben una subvención promedio del 50%, sobre el total de los salarios docentes que pagan, las escuelas confesionales tienen la mayoría de sus cargos, si es que no todos, subvencionados en un 90%.

“Acá el gran ausente es el Estado provincial, que es que subvenciona a estos colegios y no puede dejar libremente a la oferta y la demanda entre los padres y los establecimientos porque genera un desgaste en la relación”, opinó el abogado al respecto.

Finalmente, Calabria contó que ayer fue recibido por el apoderado legal del establecimiento, con quien se estableció un diálogo. La idea es suspender el aumento y sentarse en una mesa de negociación. “El gran error ha sido que el colegio notificó primero el aumento y luego, ante la reacción de los padres, salió a dar explicaciones y a tratar de justificarlo”, concluyó Calabria.