Además del hotel, la empresa perdió 60 hectáreas que compró en La Punta y la concesión del centro de convenciones inaugurado días atrás. El presidente de la empresa habló con La Gaceta en exclusiva.

Como consecuencia de la rescisión del multimillonario contrato a la empresa Urbanum por la construcción de La Recova y otras inversiones relacionadas, el Gobierno enfrenta una posible demanda por daños y perjuicios por más de $1.000 millones, una vez que se agote la vía administrativa del reclamo. Desde Urbanum se afirma que hubo una complicidad entre Lumma, constructora contratada recomendada por el Gobierno para la ejecución de las obras, y el Ejecutivo para dilatar los plazos de avance para generar el motivo de la rescisión del contrato y expropiación realizada sin instancia judicial.

“Para mí fue toda una maniobra influenciada por gestiones del Ministerio de Obras Públicas, el constructor.  No sabemos si atrás de todo esto se quieren quedar con el negocio. Vieron el tema del hotel, el del barrio privado. No sabemos. Agotada la vía contencioso administrativa, estamos preparando una demanda por daños y perjuicios contra el Gobierno, los funcionarios y la empresa constructora”, adelantó Guillermo Marchionni, presidente de la firma Urbanum en exclusiva para La Gaceta.

El empresario calcula que la demanda por daños, perjuicios y lucro cesante sería por U$60 millones de dólares, lo que por estos días son $1.037 millones. Urbanum invirtió $60 millones hasta que perdió sus bienes en La Punta.

Por otra parte, los dueños de Lumma, Raúl y Martín Moreno fueron demandados penalmente acusados por estafa por la supuesta falsificación de un certificado de obra y el presunto robo de material de construcción de Lumma. Días atrás, la constructora fue allanada por orden judicial.

¿En qué consistían las obras?

Las obras consistían en la construcción de emprendimientos privados y públicos. La privada contemplaba la construcción de un hotel con la fachada réplica de La Recova que iba a ser operado por la firma española NH con una concesión por 99 años. Mientras que la parte pública era la edificación de un centro de convenciones que fue inaugurado a fines del mes pasado con derechos de explotación por cinco años con posibilidad de renovación por igual período de tiempo.

Otro aspecto de la inversión privada de Urbanum fue la compra de 60 hectáreas en el mismo lugar para un emprendimiento urbanístico que consistía en un loteo de 350 lotes, la construcción de 6 edificios de condominios y de 100 unidades tipo colonial con la finalidad de combinar con el entorno teniendo en cuenta las réplicas del Cabildo, la Casa de Tucumán y la Recova.

Para la concreción del proyecto, el Gobierno convino con Urbanum que el avance de las obras del hotel y el centro de convenciones debían avanzar en forma paralela. Por su parte, el Ejecutivo se comprometía a la ejecución de obras de infraestructura como la provisión agua potable, cruda, electricidad y cloacas.

El acuerdo para las obras entre el Gobierno de la gestión Poggi y Urbanum se cerró en 2014, pero meses antes se dio a conocer a los medios que se realizaría la millonaria inversión. La fecha de inauguración del hotel y el centro de convenciones era para julio de 2016, pero se hicieron reformulaciones en ambas obras en la nueva fecha se fijó para para fines del mencionado año.

Marchioni comentó que pidieron que se les recomendara una constructora local y desde el Gobierno de turno le recomendaron a Lumma, que se encargaría únicamente de ejecutar la obra civil del proyecto. El monto acordado entre Urbanum y Lumma por las dos obras “secas” fue por casi $200 millones. Otra sugerencia del Ejecutivo fue que los pagos por la construcción del centro de
convenciones, cuyo contrato era de obra pública, fueran directamente a Lumma y no a Urbanum a través de una sesión de contrato.

El monto del contrato del centro de convenciones con llave en mano, totalmente equipado fue por un monto superior a los 120 millones.

Los problemas en las obras

“Ni bien cambió el Gobierno, nos enteramos que gente dentro del entorno del Gobernador, lo primero que decía era que nosotros estábamos vinculados con la gestión anterior y que teníamos relación con el gobierno anterior. Cosa que era totalmente falsa. Hicieron circular ese rumor que provocó un distanciamiento, tanto es así, que nunca fuimos atendidos por el Ministerio de Obras Públicas, el Ministerio de Turismo ni por el Gobernador, a pesar que mucha gente sabía quiénes éramos”, relató el presidente de Urbanum.

Para septiembre de 2016, Urbanum advirtió que la obra del hotel tiene un retraso con respecto a la del centro de convenciones. Se le hizo el llamado de atención a Lumma, ya que ambas obras debían avanzar en conjunto. “Nos enteramos que el constructor empieza a desprestigiarnos en varios lugares y con muy mala fe y tratamos de limar esto”, comentó.

Por esos días, personal de NH fue a realizar una visita de obra y corroboraron el retraso. Según Marchioni, Lumma alegó que era más importante avanzar con el centro de convenciones para cumplir los plazos porque se trataba de una obra pública.

Los primeros días de enero de 2017, el jefe del Programa arquitectura del Ministerio de Obras Públicas intimó a Urbanum a terminar la obra del centro de convenciones y la del hotel en 15 días, bajo apercibimiento de rescisión del contrato.

Marchioni comentó que se le respondió al Gobierno que el centro de convenciones estaba casi terminado, se compró todo el equipamiento que llevaba “y se contesta que se entrega”. “El hotel es una obra privada, los más perjudicados somos nosotros porque si no abrimos no podemos facturar, pero preferíamos terminarlo bien para tener el ok de la gente de NH. Presentamos una nota al Ministerio de Obras Públicas para poder terminarlo a fines de mayo, principio de junio”, narró el presidente de Urbanum.

Para apurar la obra, Lumma trasladó a los trabajadores que estaban con la obra del hotel al centro de convenciones con la promesa de que una vez terminado se destinarían todos los trabajadores para terminar rápidamente el hotel.

“Se entrega el centro de convenciones y nos dicen (la constructora) que les pidieron que terminen una escuela en La Punta y que mandaba toda la gente ahí y después de los primeros días de marzo, venían todos para el hotel”, expresó el empresario.

Pero en marzo, recibieron una carta documento de Obras Públicas avisando que se realizaría una inspección en la obra del hotel para constatar el avance. “Le reclamamos al constructor y nos dijo que nos despreocupemos porque iban a poner un montón de gente para mostrarle al Gobierno el ritmo de trabajo que teníamos. La gente no la puso, ni siquiera el día de la inspección y en la mañana retiró toda la gente de la obra, incluso hasta levantó los andamios”, acusó.

Como consecuencia de ello, Urbanum rescindió el contrato con Lumma. Además, el 17 de abril, el Gobierno notificó en Buenos Aires a Urbanum el decreto de rescisión y expropiación (sin juicio) de las tierras que compró y el hotel que tenía un 65% de avance.

Por otra parte, Marchioni apuntó contra nuevamente contra el Gobierno porque no cumplió en la ejecución de las obras de infraestructura prometidas en los terrenos que eran de Urbanum.

Se recurrió a la vía administrativa para hacer el reclamo y una vez agotada, se accionará judicialmente por daños y perjuicios como se consignó al principio de la nota.