El estudio se realizó tomando como base lo que paga un domicilio que tiene una tarifa fija de agua y cloacas, lo que permite medir los aumentos de una manera más fiel que aquellos casos en los que se cobra agua por medidor y el monto varía de un mes a otro.

Así es como, en marzo de 2015 las tasas municipales tenían un costo de $60,26. Sin embargo, ese año se aplicó un aumento escalonado en tres partes, por lo que a fines de ese año las tasas se dispararon a $89,35, lo que supone un aumento de casi el 50% a lo largo de 2015.

Para 2016, la tarifaria aprobada por el Concejo Deliberante fijó un aumento del 46% en dos partes. Así es como, los primeros meses del año las tasas municipales tuvieron un costo de $113,18, pero en la segunda mitad se fueron a $131,05.

La tarifaria 2017 estableció un aumento del 36% de una sola vez, lo que debería haber llevado las tasas a $178,228, pero ese año se agregaron a las facturas ítems como “obras de interés general”, por lo que el costo trepó realmente a $195,32. 

Finalmente, este 2018 las tasas, gracias al aumento del 26% aprobado por el Concejo Deliberante, se fueron a $247,30, siempre hablando de un domicilio que paga un monto fijo por el consumo de agua.

De este modo, desde marzo 2015 a la fecha, las tasas municipales se fueron de $60,26 a $247,30, lo que significa una suba del 410% en tan solo tres años.

A modo comparativo, el impuesto inmobiliario provincial, que este año vio un gran aumento, subió un 262% desde 2015 a 2018.

Obviamente, estas cifras palidecen en comparación a los aumentos autorizados por el Gobierno Nacional a servicios como el gas, el registró una devastadora suba cercana al 1.200% en tan solo dos años, al igual que la energía eléctrica.