Los legisladores tienen muchos privilegios que el resto de los trabajadores del país no tenemos. Entre todos deciden sus aumentos de sueldo, definen sus horarios de trabajo y también las excusas que pueden poner cada vez que se les ocurre faltar al trabajo. Claramente, las reglas laborales que rigen a la gran mayoría de los argentinos a ellos no se aplican. Es así como en casi todos los órganos legislativos del país existe, en mayor o menor medida, una suerte de “sistema” en el que se considera que una falta está “justificada”, y por ende no se deben aplicar sanciones, si el legislador comunica con tiempo que se va a ausentar “por razones particulares”. No tienen que ofrecer ningún tipo de justificativos, inventar que se murió un tío en Mendoza o presentar ningún tipo de certificado médico. Mandan un mail, ponen “por motivos personales”, o algo parecido, y listo. Con eso basta y sobra.

Un gran ejemplo de esta impunidad que los legisladores mismos se han otorgado se vivió hoy en el Concejo Deliberante cuando la sesión ya había empezado y la secretaria legislativa, Claudia Rocha, interrumpió la lectura que estaba haciendo del proyecto de aumento de Transpuntano para notificar que a las 10.49 horas había entrado un mail de la concejal Daniela Serrano justificando del siguiente modo su faltazo.

“A través del presente, comunico que por razones particulares me encuentro imposibilitada de asistir a la sesión extraordinaria que se reanudaba en el día de la fecha. Sin otro particular, saludo atentamente”, leyó Rocha. Como si eso fuera poco, Serrano ni siquiera envió el mail a la dirección que se usa en la actualidad, sino que se equivocó. “Ha llegado a otro mail, que no es el que estamos usando actualmente”, aclaró la secretaria legislativa.

Pero lo peor de todo esto es que el mail de Serrano no causó ningún tipo de reacción entre sus pares. Tras leer el mail, Rocha anunció que la ausencia de Serrano iba a ser calificada como “ausencia con aviso” y listo. Nadie saltó a decir algo como, “che, es una vergüenza que mande el mail después de empezada la sesión, no debería ser admitido”. La sesión continuó como si nada.

Junto a Serrano, ese día también faltaron Virginia Ortega, Norma Rosales y el presidente del Concejo Deliberante, Juan Domingo Cabrera. Si los tres hubiesen estado presentes y votado como lo hizo el resto de su bloque, tranquilamente podrían haber frenado el brutal aumento del boleto de Transpuntano que se aprobó el día de hoy.