Con el objetivo de efectuar una visita de integración el dojo local que la escuela Miyazato posee en San Luis, los instructores Mariano Montedoro (séptimo dan); Sergio Martínez, (sexto dan) y Martín Mattea (cuarto dan) efectuaron el viernes pasado una clase especial en el centro cultural José La Vía.
Antes, en horas de la tarde, junto al instructor local Juan Antonio Gómez (séptimo dan) fueron recibidos por el intendente de la ciudad de San Luis, Enrique Ponce, y luego tomaron contacto con algunos medios de comunicación.
“Agradecemos la entrevista que nos concedió el intendente de la ciudad a quien le contamos el motivo de esta visita a San Luis y que practicamos un arte marcial no competitivo, que solo está destinado a formar ciudadanos ejemplares”, dijo el instructor de Villa María, Sergio Martínez.
Juan Antonio Gómez agregó: “Estamos dictando clases en el Centro Cultural José La Vía, donde se brindan otras artes como son música, teatro, hay una biblioteca preciosa y estas clases de integración se realizan a pedido de nuestro Maestro, Masatoshi Miyazato (décimo dan). Entonces ellos recorren varias provincias con el objeto de brindar en todos los dojos del interior los mismos contenidos que se dictan en el Hombu Dojo de Córdoba, donde está la sede de nuestra Escuela Miyazato”.
“El karate do es una forma de vida orientado a la formación de ciudadanos ejemplares y el cinturón no tiene valor si lo que tenemos adentro no tiene la transparencia que requiere la categoría. Séptimo Dan significa que hemos practicado muchos, pero muchos, años karate do y que podés transmitirlo a los demás de una manera correcta”, señaló Mariano Montedoro, quien además de instructor en Bell Ville, es director de Protocolo de la Escuela Miyazato.
“El karate para nosotros es un arte y no un deporte, que nació cerca del año 1500 en la Isla de Okinawa, una isla muy chiquita ubicada entre Japón y China. El karate servía para defenderse porque en el Japón feudal secuestraban a los niños para hacerlos esclavos, secuestraban a las mujeres para venderlas. Practicar karate era para salvar la vida de la familia”.
“El espíritu de nuestro karate es para defender a otros y es lo que el Maestro Miyazato quiere que sigamos transmitiendo. Hoy nuestro objetivo es que el karate sirva para alejar a los chicos de la droga o el alcohol, cuidar el medio ambiente y de esa manera cuidamos el futuro de la humanidad”, dijo Mariano Montedoro.
Respecto a la edad para iniciar la práctica del karate, el instructor de Villa María aconsejó: “A partir de los seis años un niño tiene la madurez suficiente para adaptarse a un trabajo grupal. La diferencia entre el karate tradicional y el deporte es que en el caso del deporte el límite es biológico, porque ya a los 35 años es difícil ser competitivos. En cambio, el karate tradicional es para toda la vida y se puede comenzar a practicar a cualquier edad. Tenemos compañeros de 85 años y hasta de más edad que son felices practicando karate”
“El karate mejora la calidad de vida, mejora los reflejos, en el caso de los niños ayuda a mantener la atención, les brinda seguridad en sí mismos, ayuda a vencer la timidez. Sirve también en el caso de los niños que son violentos, porque la forma en que se vinculan les ayuda a adquirir pautas de respeto por los compañeros”, concluyó Sergio Martínez.