Ribeiro no paga desde fines de marzo los intereses a los ahorristas que invirtieron en la empresa y recién esta semana, a través de un correo electrónico a algunas personas, reconoció la mora y pidió “un plazo de espera”. Sin embargo, Ribeiro no estableció la duración del plazo de espera y los obligacionistas (como les dice la empresa) están con la incertidumbre sobre cuándo cobrarán el dinero que se les debe o cuándo podrán retirar sus ahorros.

Si bien Ribeiro es más que nada conocida por sus locales donde vende electrodomésticos, muebles y otros artículos para el hogar; una de sus actividades económicas más principales son las “obligaciones negociables”. Las obligaciones negociables son, para ponerlo en pocas palabras, un servicio que la compañía ofrece, muy similar a los plazos fijos que tiene cualquier banco. Una persona iba al local, dejaba sus ahorros, y todos los meses cobraba los intereses. Una de las diferencias respecto a un banco es que los intereses había que cobrarlos en efectivo sí o sí todos los meses, ya que no se podían dejar para que se sumaran al capital inicialmente depositado.

Por muchos años los intereses ofrecidos por Ribeiro fueron considerablemente mejores que los de los plazos fijos bancarios. Esto comenzó a cambiar con los astronómicos intereses, superiores al 60% anual, que los bancos comenzaron a pagar durante la presidencia de Mauricio Macri, con el objetivo de frenar el proceso de compra de moneda extranjera y la consecuente devaluación. Por ende, mucha gente decidió sacar sus ahorros de Ribeiro y ponerlos en un banco tradicional. Este proceso, sumado a la crisis económica del país, llevó a que Ribeiro tuviera que cerrar múltiples sucursales en el interior del país, e inclusive una en la ciudad de San Luis, y también a suspender el pago de los intereses a partir de marzo de este año.

“Sabemos que están preocupados y algunos enojados por los incumplimientos en el pago de los intereses por parte de Ribeiro SA a partir del 23 de marzo de 2020 y en ese sentido les pedimos disculpas”, son las primeras palabras de la nota escaneada de tres páginas firmada por Manuel Ribeiro, presidente de la firma, que se envió a los obligacionistas por correo electrónico esta semana.

Por lo que dice la nota, Ribeiro dejó de pagar los intereses a solamente tres días de implementado el aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Más adelante, la comunicación de Ribeiro dice que hasta que no termine la pandemia de Covid-19, y el país y el mundo no vuelvan a la normalidad, no hay posibilidad de planear una estrategia seria.

“Todavía no podemos preparar una propuesta de solución sostenible para los pagos incumplidos hasta hoy; sabemos que es difícil, pero queremos proponerles lo que realmente podemos cumplir”, dice la nota.

“Les solicitamos un plazo de espera (tal como el que obtuvimos de los bancos), que nos posibilite normalizar la operatoria y así poder formular una propuesta. Sabemos que tienen derecho a no aguardar y reclamar soluciones individuales por vías judiciales. No les pedimos que renuncien a ello, sólo que nos concedan un tiempo prudencia para que podamos lograr la oportunidad de poder avanzar hacia la normalización mencionada”, dice la nota en sus últimos párrafos.

Como se denota en las líneas citadas anteriormente no se estableció la duración del mencionado plazo de espera. Por lo tanto, la situación de mora de Ribeiro con sus obligacionistas probablemente se extienda más tiempo.