Juan Manuel García Campoy tiene 23 años. El pasado domingo se juntó con unos amigos en un bar de Potrero de los Funes y, pasadas las 21.30 horas, decidió volver a su casa en La Punta utilizando el camino del mirador. En este trayecto, el joven, a bordo de su motocicleta, impactó contra uno de los montículos de tierra que el Gobierno ha colocado en distintos puntos de la provincia para disminuir la circulación de personas.

Juan Manuel, que ingresó a Potrero de los Funes por la Quebrada de los Cóndores y que desde el comienzo de la pandemia no había utilizado el Camino del Mirador, aseguró que no había ningún tipo de señalización que indicara que ese montículo estaba ubicado allí.

“Cuando voy llegando a la intersección de la rotonda, me encuentro con que hay una curva y una contracurva, que dobla a la derecha y después a la izquierda, y después de esa está la barricada de tierra. Empecé a frenar, pero no me dio la distancia, así que la tuve que atravesar por arriba y caí desplomado del otro lado de la barricada. Tampoco tenía mi celular a mano, así que tuve que levantarme como pude, levantar la moto y me fui a mi casa, donde me fue a auxiliar una amiga, y de ahí nos fuimos al hospital”, contó Juan Manuel a La Gaceta.

Afortunadamente, en el hospital se dieron cuenta de que el estado del joven era más grave de lo que aparentaba y que tenía heridas internas. “Tenía el bazo desgarrado, y tenía el colon y el hígado también dañados. Todo eso provocó un sangrado interno y me tuvieron que intervenir quirúrgicamente y de urgencia porque era bastante sangre la que se había perdido”, contó Juan Manuel, a quien le terminaron extirpando el bazo.

“Es bastante ‘heavy’, la recuperación va a ser muy prolongada en el tiempo y hay que tomar muchísimos controles. En este momento estoy con drenajes para sacar el resto de sangre que ha quedado dentro del cuerpo. La verdad que tengo que felicitar al cuerpo médico que me atendió de forma inmediata. A las 4.40 de la mañana me estaban operando y ellos me salvaron la vida. Con 2 o 3 horas que me hubiese quedado en mi casa mancándome el dolor, quizás que me hubiese muerto”, agregó Juan Manuel.

Claramente, como le extirparon el bazo, que es el centro de actividad del sistema inmunológico, la vida de este joven ha cambiado para siempre. “Mi sistema inmunológico va a ser muy propenso a las enfermedades. Mi vida va a cambiar de ahora en adelante y la verdad que me siento muy enojado porque no había ninguna señalización o advertencia en el lugar, y eso corresponde a la parte de seguridad vial. Si van a trabajar o cortar el paso de una ruta, generalmente lo que se hace por ley es poner cartelería de ambos lados para que las personas no se accidenten. Era un camino que hacía regularmente cuando se podía, y de repente me encuentro con una barricada y la vida me cambia en cuestión de minutos”, dijo el joven.

Por el momento, Juan Manuel no descarta tomar acciones legales, pero lo que “más bronca” le da es que “ningún funcionario público se haya acercado” a hablar con él y chequear su estado de salud. El joven además vive solo y tiene una pequeña empresa de limpieza. “Ahora estoy acá y esto se va a ver reflejado, porque no es que salgo de acá y puedo ir a trabajar. Es trágico lo que está pasando. Si se pueden tomar medias legales, creo que las tomaré, pero me gustaría más que termine de otra manera la situación”, concluyó Juan Manuel.