El día de hoy, La Gaceta Digital tuvo acceso al proyecto de “Ley de Paridad de Géneros en Ámbitos de Representación Política” que el Gobierno provincial ha enviado a la Legislatura provincial. El proyecto establece, como ya se aplica en múltiples lugares del país, que las listas deben intercalar “a personas de género femenino y masculino, desde el primer cargo titular hasta el último cargo suplente”. A su vez, si se trata de una categoría en la que haya un solo cargo, el titular y el suplente deberán ser de distinto género.
Otro punto importante del proyecto, que también está presente en distintas normas del país, es que “en caso de muerte, renuncia, separación, inhabilidad o incapacidad permanente de un/a legislador/a, el cargo será cubierto por la persona de su mismo género que figure en la lista como titular según el orden establecido”. Esto, por ejemplo, imposibilitaría que una mujer reemplace a un hombre, como pasó hace semanas cuando Fernanda Spinuzza asumió en lugar de Luis Martínez, y viceversa.
El proyecto además establece, en su artículo N° 2, que cuando se trate de la Cámara de Diputados, el orden por género en las listas de cada departamento deberá alternarse en relación a la elección previa. O sea que si la lista 2019 fue hombre – mujer – hombre – mujer, la lista 2023 deberá ser mujer – hombre – mujer – hombre.
Sin embargo, y este es por lejos el que seguramente va a ser el punto más polémico del proyecto del oficialismo, el artículo 11 establece una “disposición obligatoria” con respecto a lo que dice el artículo 2, y obliga a que las listas sean encabezadas por personas de sexo femenino en las elecciones 2021 y 2023.
“Establézcase como disposición transitoria, para lo normado en el Artículo 2º párrafo tercero de la presente, que para las renovaciones ordinarias parciales de los años 2021 y 2023 de Diputadas/os provinciales, las listas de candidaturas que se presenten deben integrarse ubicando en su primer cargo titular a personas de género femenino y a partir del segundo cargo de manera intercalada con personas de género masculino, respetando el orden y alternancia desde el primer cargo titular femenino hasta el último cargo suplente”, dice el artículo 11, señalando además que la “Justicia Electoral Provincial y/o el Tribunal Electoral Provincial no podrán oficializar las listas que no respeten” ese orden.
“Finalmente, y a los fines de promover cambios sustanciales que ordenen el sistema electoral para hacer efectiva la igualdad consagrada en el bloque de constitucionalidad, se estima necesario incorporar una Cláusula transitoria a los fines de que en los periodos 2021 y 2023, para las renovaciones parciales de la Cámara de Diputadas y Diputados en los respectivos departamentos, se fije la obligatoriedad de que la totalidad de las listas sean encabezadas por personas de género femenino. A partir de lo cual, en lo sucesivo, el propio régimen garantizará la alternancia por departamento en cuanto al encabezamiento, asegurando así en el menor tiempo posible la igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres en la participación política sin afectar la participación libre y expectante a dichas elecciones del otro género”, reza el proyecto en sus fundamentos.
También se establece en el proyecto que “el género de la candidata o del candidato estará determinado por su Documento Nacional de Identidad (DNI), independientemente de su sexo biológico”.
La gran hipocresía
Este proyecto del Gobierno se da a conocer en medio de una fuerte campaña que mujeres de la política y social de San Luis han lanzado para concientizar y lograr la aprobación definitiva del proyecto de paridad de género en listas políticas, ya que el Senado de la Provincia en dos ocasiones cajoneó iniciativas de la oposición sobre este tema, las cuales habían conseguido media sanción en la Cámara de Diputados.
Esta situación, lamentablemente, es muy habitual y es prácticamente la función principal del Senado. Muchas veces, la oposición logra en Diputados lo aprobación de determinados proyectos que al oficialismo no le gustan. Como está mal visto públicamente oponerse a determinadas cuestiones, como es la paridad de género en listas políticas, el oficialismo aprueba a regañadientes estos proyectos en la Cámara de Diputados, pero después los duerme en la de Senadores, la cual controla absolutamente, hasta que pierdan su estado legislativo en un plazo de dos años.
Esta situación ocurrió dos veces con proyectos que buscaban la paridad de género en listas políticas. Primero fue en 2016 – 2017 y después en 2018 – 2019. Obviamente, ahora que el proyecto viene del Gobierno provincial, el Senado lo va a aprobar sin chistar.
De más está decir que el ordenamiento que el Gobierno busca con la “disposición transitoria” del artículo 11 se podría producir de manera natural si el proyecto de la oposición de 2016 no hubiese sido congelado por el oficialismo provincial en el Senado.