Tras conseguir la aprobación ayer en la Cámara de Senadores, hoy el Gobierno logró la media sanción restante en la Cámara de Diputados. El proyecto se aprobó por unanimidad en general y tuvo un solo voto en contra cuando se votaron en particular los polémicos artículos 2 y 11.
Como ya explicó La Gaceta en múltiples notas, el artículo N° 2 establece que, cuando se trate de la Cámara de Diputados, el orden por género en las listas de cada departamento deberá alternarse en relación a la elección previa. O sea que si la lista 2021 es hombre – mujer – hombre – mujer, la lista 2023 deberá ser mujer – hombre – mujer – hombre.
Luego, y por lejos el punto más polémico, el artículo 11 establece una “disposición obligatoria” con respecto a lo que dice el artículo 2, y obliga a que las listas sean encabezadas por personas de sexo femenino en las elecciones 2021 y 2023. Si bien el artículo 2 eventualmente va a conducir a una paridad verdadera, el artículo 11 lo refuerza y busca que esa paridad se de cuanto antes.
En este contexto, hay que remarcar que San Luis era uno de los 7 distritos del país que hoy por hoy no tenían una ley provincial de paridad y que esto ha sido pura y exclusivamente por una decisión del oficialismo provincial, el cual, desde 2016 venía cajoneando en el Senado los dos proyectos de paridad que presentó la oposición y que lograron media sanción en el Diputados. O sea que, si el oficialismo así lo hubiese querido, San Luis podría tener una ley de paridad desde 2016, antes inclusive de que se aprobara la normativa nacional en noviembre de 2017.
Obviamente, esta cuestión afloró durante el debate, con varios legisladores que criticaron lo hecho por el oficialismo provincial, ya sea en la figura del Gobierno o del Senado. El más duro a la hora de señalar esto fue el diputado Joaquín Mansilla, de San Luis Unido, quien disparó que Alberto Rodríguez Saá quiere “robarse esta conquista como una conquista de él”.
“Ahora el Gobernador se vino a acordar de hacer una reparación histórica. La reparación la hacemos nosotros, nosotras y nosotres. La reparación la hacemos por el daño generado por ustedes, el oficialismo”, dijo Mansilla, destacando el rol que la agrupación a la él pertenece, Libres del Sur, ha tenido en lo que respecta a la lucha por los derechos de las mujeres. Mansilla también repasó los proyectos congelados por el Senado e inclusive la protección al senador Ariel Rosendo, denunciado por incumplimiento a una medida judicial que le prohíbe acercarse al domicilio de su expareja.
Lo que se vivió hoy en la Cámara de Diputados fue lo inverso a lo que ocurrió en 2018. En aquella ocasión, aprovechando el cisma de los hermanos Rodríguez Saá, la oposición acorraló al oficialismo, el cual no quería votar el proyecto de paridad, pero terminó haciéndolo por miedo a la condena social. Y el día de hoy, la oposición, acorralada por el oficialismo, terminó votando a favor de un proyecto, o mejor dicho de un par de artículos, que claramente no le gustaba.
Por ejemplo, el diputado José María Escudero, de Peronismo del Interior, dijo que este proyecto “son cortinas de humo” y que está “harto de las estrategias políticas” del oficialismo, pero terminó votando a favor. Luis Lucero Guillet, de San Luis Unido y autor del proyecto de paridad de la oposición, dijo que estos artículos “tienen claramente un componente político y una clara injerencia en la vida de los partidos políticos, especialmente de los más chicos”. Lucero Guillet luego agregó que “nos cambian de lugar el arco” y que “es demagógico”, pero también votó a favor.
Por su parte, Juan Pablo Funes Bianchi, del bloque adolfista Todos Unidos, manifestó no estar de acuerdo con estos dos artículos en un principio, pero que luego del diálogo con el Gobierno logró entender cuál es el razonamiento detrás de estos artículos. “La alternancia no asegura la paridad de género, pero si asegura la simetría equitativa. Esto significa que, por momentos vamos a encontrar que va a haber más mujeres y, por otros momentos en esta Cámara de Diputados, vamos a encontrar que hay más hombres. En esta simetría equitativa es donde se encuentra la equidad y la igualdad”, dijo el legislador, quien luego se animó a decir lo que muchos diputados varones no se animaron, que es que “no les conviene” que una mujer encabece la lista.
“Yo la tendría que votar en contra porque no me conviene, pero yo no estoy acá para hacer lo que me conviene a mi. Estoy acá para legislar para la sociedad, por eso lo voy a votar afirmativo”, dijo Funes Bianchi.
“Cuando leí el artículo 11, lo primero que dije fue, ‘hasta acá llegamos’. Pero ahí comienza el proceso y así se fue completando la evolución en las 3 reuniones de la mesa de diálogo, en donde yo destacaba la posibilidad de que no fuera una sola reunión, sino varias, porque eso era lo que nos iba a permitir ir evolucionando en el pensamiento. Si era una sola, quizás teníamos que decidir en ese momento y sostener una posición que no iba a tener cambios y no nos iba a permitir analizar otros argumentos diferentes a los nuestros”, dijo Ariel Barrozo, del bloque UCR – Arturo Illia, otro de los diputados que dijo haber cambiado su postura con respecto al artículo 11.
Durante 4 horas se escucharon discursos muy similares a estos que destacamos aquí en La Gaceta, a los que obviamente hay que sumar las cataratas de elogios que realizaron los legisladores oficialistas y un par de perlitas que vamos a publicar en una nota aparte.
La votación finalmente se produjo a las 18.30 horas y, a pedido de la diputada Mónica Domínguez, del bloque unipersonal Ahora San Luis, se votó la ley en general y los artículos 2 y 11 en particular. Para desgracia de Domínguez, nadie la acompañó y terminó siendo la única que votó en contra de los mismos.