Debates tan extensos como el del día de hoy siempre tienen alguna perlita y contradicción. Los de este miércoles vinieron de la mano del diputado Bartolomé Abdala, que ya es figurita repetida de las perlitas de la Cámara, y de la oficialista Eva Morel.
Por el lado de Abdala, la perlita llegó luego de anunciar que iba a acompañar el proyecto de paridad de género del oficialismo y de que eso no significaba que fuera a renunciar a su ideología de “salvemos las 2 vidas”. “Las mujeres tienen una sabiduría intuitiva que lo superan a los hombres. La mujer, aparte de ama de casa, que ya lo dice la Biblia que su función de ama de casa es esencial, creo que también con su valor, su arenga y su capacidad ha logrado estar involucrada en la vida política con notorias apariciones”, dijo el legislador provocando un estallido de risa y/o bronca en todos los presentes, especialmente las mujeres.
En cuanto a Morel, la diputada oficialista protagonizó una enorme contradicción que, para colmo, fue puesta de relieve por ella misma, cuando recordó que en 2018 ella se opuso al proyecto de paridad de género presentado por la oposición.
En aquella ocasión, Morel dijo que los proyectos de paridad de género le “ponen un techo” a la participación femenina. Unas semanas después, la diputada oficialista, durante un contacto con la prensa, reiteró esta postura. “Cuando vino ese despacho firmado por todos los presidentes de bloque, que son todos hombres, como una decisión masculina imponiéndonos un techo, a mi me dio muchísima bronca porque, la verdad, las mujeres podemos ir por mucho más. Podemos tranquilamente encabezar una lista como primera y segunda y no que nos tengan que estar acomodando”, dijo la legisladora oficialista en diciembre de 2018.
Obviamente, ahora que se trata de una iniciativa del Gobierno, la diputada cambió de postura, pero lo trató de disimular destacando los artículos 2 y 11 del proyecto oficialista. El artículo N° 2 establece que, cuando se trate de la Cámara de Diputados, el orden por género en las listas de cada departamento deberá alternarse en relación a la elección previa; mientras que el 11 crea una “disposición obligatoria” con respecto a lo que dice el artículo 2, y obliga a que las listas sean encabezadas por personas de sexo femenino en las elecciones 2021 y 2023.
O sea que “el techo” que tanto le molestaba a Morel en 2018 sigue estando ahí. Por más innovadores que sean esos artículos, no permiten que exista una lista en que mujeres encabecen “como primera y segunda”. “Acá, a través de la cláusula 11, esta ley lo supera, lo soluciona”, dijo Morel, sin especificar que es exactamente lo que “soluciona” la cláusula del artículo 11.
Lo que es más, la diputada, que se autodefinió como “coherente”, dijo lo siguiente con respecto a cómo votó hace dos años: “No me acuerdo si me abstuve o la voté negativo”. Claramente, si hubiese consultado el extensísimo archivo legislativo de La Gaceta, Morel habría recordado que ella y su bloque pidieron abstenerse, pero que la oposición unió sus fuerzas y les prohibieron hacerlo. Acorralados, los diputados albertistas decidieron acompañar la iniciativa, la cual se aprobó por unanimidad. Por suerte para ella, por más que haya sido a la fuerza, las dos veces votó lo mismo.