Seguramente, en más de una ocasión, escuchamos una historia sobre fraude electrónico. Las modalidades de engaño son distintas y variadas y podemos correr el riesgo de ser protagonistas de esos relatos.

Según una encuesta de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico realizada en junio del 2020 la pandemia generó cambios en la conducta de usuarios y usuarias, 1 de cada 10 hizo compras online por primera vez y esta modalidad aumentó del 39% al 54% en comparación con junio del 2019.

“Al estar virtualizándose permanentemente las bancas digitales y los modos de transacción digitales, la toma de trámites administrativos para el otorgamiento de créditos o para el pago de servicios hay un desconocimiento y no hay una toma de consciencia de los riesgos que implica y los cuidados que hay que tener en el uso de estas plataformas” afirmó David Fuentes, integrante del Departamento de Delitos Complejos del Poder Judicial.

Informó que las estafas tienen dos modalidades pueden ser generales, en las que las víctimas son contactadas al azar o aquellas más planificadas, en las que se realiza un trabajo de “ingeniería social”, es decir, se recopilan datos para hacer una puesta en escena o un engaño. En ese caso se utiliza la información disponible en las redes sociales sobre gustos, orientación política, conformación familiar o pasatiempos.

Consejos para prevenir delitos electrónicos

-No publicar datos sensibles en las redes sociales (número de celular, dirección postal, fecha de cumpleaños, DNI, etc) porque pueden ser utilizados para sacar préstamos.

-Realizar los reclamos a las entidades bancarias por los canales oficiales habilitados por el banco o empresa a la que se quiere contactar.

-Chequear la seguridad de la página web, debe contar con un signo de candado contiguo a la barra de direcciones.

– Verificar que el perfil de Facebook tenga una tilde azul al lado del nombre.

– Si ya chequeamos la autenticidad del perfil preferir la comunicación por mensaje privado y no publicar mensajes en el muro.

-Nunca informar datos de usuarios y contraseñas por teléfono o correo electrónico.

-No entrar al homebanking a través de enlaces que nos llegan al correo electrónico.

-Si instalamos alguna aplicación bancaria, chequear los permisos, preferir la descarga desde el play store y verificar que haya sido descargado por muchas personas y que tenga gran cantidad de comentarios y calificaciones.

-Mantener un factor de doble autenticación en homebanking, es decir además de la contraseña para ingresar a la plataforma generar otra barrera de seguridad para realizar transferencias, depósitos o solicitud de préstamos.

¿Dónde denunciar una estafa virtual?

En las Oficinas de Recepción de Denuncias (ORD), que por circunscripción corresponda. El trámite es gratuito y rápido. Se puede realizar de forma virtual o presencial.

Vías de comunicación para realizar las denuncias:

– Oficina de Recepción de Denuncias (Primera Circunscripción)
Rivadavia 340, primer subsuelo (ciudad de San Luis) denunciassl@justiciasanluis.gov.ar 2664610513

– Oficina de Recepción de Denuncias (Segunda Circunscripción)
Edificio “José Ramiro Podetti”– Lavalle S/Nº extremo Sur Parque Costanera Río V (Villa Mercedes) denunciasvm@justiciasanluis.gov.ar 2664881857

-Oficina de Recepción de Denuncias (Tercera Circunscripción)
9 de Julio 128 (Concarán).
Edificio Multifuero “Tomás Jofré” (Santa Rosa)
Avenida Eva Perón, esquina Neptuno (Villa de Merlo)
denunciasco@justiciasanluis.gov.ar 2665024180

Horarios y guardias

La atención presencial en cada una de las Oficinas de Recepción de Denuncias es de 8 a 14 horas. Además, hay guardias pasivas de lunes a domingo, las 24 horas.

Qué documentación debo llevar

Es importante guardar toda la información relacionada con la estafa, ya sea en formato digital mediante capturas de pantalla, en un documento PDF o imprimiéndolos si fuera necesario, todos los datos que tengamos relacionados con el fraude.

Si existió una transferencia o un débito, es importante poseer las sábanas de los últimos movimientos bancarios, que se solicita en el mismo banco y que detalla números de CBU, días y horarios.

También páginas web, perfiles de redes sociales, direcciones de correo electrónico, SMS, mensajes de WhatsApp y justificantes de pago, pueden ser de gran utilidad como elementos probatorios del fraude y ser claves a la hora de realizar la investigación.

¿Qué sucede después con mi denuncia?

Las Oficinas de Recepción toman las denuncias y en el mismo día se pone en conocimiento a la Fiscalía de turno, y luego el fiscal la envía al Juzgado de Instrucción en lo Penal que corresponda.

Estafas que se reiteran

“Te deposité de más”: Este método se realiza a través de ventas por internet donde el estafador solicita datos del CBU a la víctima con el fin depositar el dinero de la compra. La transferencia la efectúa a nombre de una empresa, no a nombre de la persona (embaucador) que realizó la compra. Luego este comprador se comunica con el vendedor (víctima) para advertirle que se equivocó al transferir desde la cuenta de la empresa donde trabaja y le pide que le devuelva el dinero. Una vez devuelta la plata, el estafador desaparece y deja a la persona endeudada con un préstamo a pagar a la empresa que inicialmente le hizo la seña de la compra.

“Fuiste seleccionado para cobrar la IFE”: Con un posteo que dirigía a un sitio web similar al de la ANSES, buscaba obtener los datos de los usuarios para “verificar el pago del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). “Elegiste cobrar por Banelco y aún no te llega el código? Ingresa aquí para generar el código de extracción del cajero”, indicaba el mensaje. En la web pedían el anverso y reverso del DNI, y con eso tomaban los datos personales.

“Tenés un crédito preaprobado”: El primer contacto entre el estafador (o uno de los estafadores, porque generalmente funcionan en red) se da de forma que resulta creíble, formal e inofensiva. Ofrecen un servicio, informar que existe un crédito preaprobado de Anses, un seguro, una tarjeta o incluso que cambió el número de teléfono para realizar reclamos.

Es difícil conectar esa comunicación con lo que sucede después, pero en esa oportunidad acceden a gran parte de tus datos, para luego llamarte como si fueran reales trabajadores de algún organismo o entidad bancaria, fingir que están accediendo a una base de datos real, y así obtener tus claves bancarias, números de tarjetas, y todo lo que necesitan para robar tu dinero, o solicitar un préstamo a tu nombre.