El día de hoy, Claudia Rocha, precandidata a diputada provincial de la lista Vamos San Luis del frente Juntos por el Cambio, publicó una nota reflexionando sobre los ataques que históricamente han sufrido las mujeres que incursionan en política y como este panorama está cambiando.
A continuación, reproducimos el escrito de Claudia Rocha en su totalidad:
“Con la campaña electoral en marcha quedaron evidenciados los ataques y agresiones hacia mujeres que deciden incursionar en política. La lucha para ponerle freno es una incorporación más a la ampliación de derechos que las voces de las mujeres estamos haciendo en la actualidad. Un avance que no puede detenerse.
“Era muy común en los partidos políticos de corte tradicional la violencia verbal y la subestimación en relación al adversario. La desnaturalización de las campañas electorales consistía en agraviar y despersonalizar a las y los candidatos. En el caso de las mujeres, siempre fueron las más perjudicadas.
“Era raro, ver mujeres encabezando proyectos políticos, al frente de gestas partidarias. Siempre relegadas a un papel secundario. Doblando votos o sirviendo empanadas. Sin protagonismo. Había una creencia que la política era un arte y dominio de los hombres, marginando a las mujeres en las listas electorales, socavando su participación en las estructuras. Incluso por mucho tiempo, las mujeres estuvieron silenciadas durante siglos, sin poder votar.
“Sin embargo, las agresiones personales continúan y más allá de que para muchas son el motor de que están haciendo lo correcto (“ladran Sancho”) cuando se agrede a otro desde lo personal, desde creencias o conductas íntimas se ejerce violencia y se descalifica en sí mismo el accionar político.
“He sufrido en mi vida pública todo tipo de agravios y difamaciones, especialmente cuando fui Presidenta del Colegio de Abogados de San Luis, en el ejercicio de mi profesión de abogada y en la militancia política. Muchas de estas agresiones motorizadas a través de las redes sociales y los medios. Generalmente es por personas que rechazan la presencia de mujeres empoderadas en ámbitos partidarios o políticos. Dirigentes que aún mastican o no comprenden que las mujeres pueden opinar, defender una postura y discutir de igual a igual. La mujer siempre tenía que callarse, no podía rebatir un argumento, no podía hacer una contraofensiva discursiva o una respuesta superadora. Todavía existen hombres que como no lo entienden, se frustran y caen en la agresión.
“Veo en ebullición una nueva mirada sobre la política, con diálogo y consenso. Donde los que insisten con la agresión y la descalificación son dejados atrás por la sociedad que claramente nos demuestra el cansancio de los desencuentros agresivos, de los antagonismos irreductibles. También creo, como se está debatiendo nacionalmente, el agravio saca del eje las cosas que si importan: como son las violaciones a reglas establecidas para todas y todos en la pandemia; que un grupo de personas, y en especial el Presidente, violó descaradamente.
“Es mi postura personal aportar desde las convicciones, la coherencia y el diálogo. Rechazo todo tipo de agravio personal por cuestiones políticas y mi actitud ha sido y es aportar todo lo necesario para desterrar estas prácticas.
“Como militante radical (desde los 18 años) pude hace tiempo acceder a la presidencia de mi partido de manera provincial y destaco que desde allí hemos tenido una enorme evolución interna y los debates se dan con el mayor cuidado, de no caer en la agresión que siempre es injustificada. Las mujeres radicales, de quiénes me siento muy orgullosa, hicieron crujir las viejas ramas del radicalismo, un partido centenario, que necesitaba una mirada más amplia, que tuviera como protagonista a sus mujeres, que siempre estuvieron codo a codo en las luchas internas o nacionales, siempre movilizadas, siempre incansables y siempre presentes. Para ellas todos mis elogios.
“El cambio cultural que aceleradamente se manifiesta en nuestra época, deja al desnudo una Argentina dividida. Por un lado el indiscutible avance del empoderamiento femenino y su innegable búsqueda de igualdad en todos los órdenes sociales, laborales, deportivos, políticos y académicos; y quienes reniegan de estos cambios, asociándolos con la “decadencia”, la “grieta” de la política y el fracaso de los gobiernos.
“El pasado y el futuro se enfrentan en el presente. La sociedad es cada vez más crítica de sus líderes políticos. No alcanza solo con la paridad en la listas, con “llevar una mujer” en la boleta, como sabía decirse. Las mujeres en política traen más consensos, más diálogo y más tolerancia frente a la diferencia. Y cada vez es más notorio”.
Claudia Rocha
Precandidata a Diputada Provincial