Este miércoles, en una maratónica sesión de casi 10 horas, el oficialismo provincial logró la aprobación del presupuesto 2022, el cual asciende a $121.586.806.611, y destina el 45% de los fondos a obras de capital y el 55% gastos corrientes.
La principal oradora del oficialismo fue Anabela Lucero, quien inmediatamente destacó que se trataba de “un proyecto que habla de los sueños de un pueblo que vuelve a confiar que salir juntos y mejores es un compromiso asumido desde el primer momento”.
El discurso de Lucero estuvo repleto de frases armadas de este estilo, pero también de mucha información con respecto a los montos y porcentajes que el presupuesto destina a cada una de sus áreas. La legisladora también remarcó que los ingresos son equivalentes a los gastos y que propone “metas y objetivos libres de endeudamiento”, por lo que se trata de un presupuesto “equilibrado”.
Aquí cabe destacar que Lucero no utilizó el término “equilibrado” de la misma manera en que siempre lo hizo el oficialismo, que era para hacer hincapié en que el 50% del presupuesto se invertía en obras de capital y el otro 50% en gastos corrientes.
Esto fue siempre un punto de orgullo del oficialismo, al punto de que incluyó esta “regla” del 50/50 en la Ley Permanente de Presupuesto, pero con el paso de los años a la administración de Alberto Rodríguez Saá se le hizo cada vez más difícil de cumplir. Debido a esto, el año pasado el Ejecutivo envió un proyecto de ley que suspendía inciso del artículo 2do, donde figuraba la regla del 50/50, durante el “ejercicio económico 2021 y para el Presupuesto Plurianual 2022-2023”.
Este detalle no escapó a las diputadas Mónica Becerra y Fabiana Zárate, de San Luis Unido, quienes le recordaron al oficialismo que la regla del 50/50 se suspendió por solo un año, por lo que el presupuesto 2022, que destina un 55% a gastos corrientes y un 45% a obras de capital, “no está respetando la ley vigente”.
Volviendo a Lucero, fue muy llamativo en su discurso el constante uso de la palabra “seguir”, acompañada de anuncios de obras que vienen a cubrir muchas falencias que el mismísimo Gobierno ha reconocido. En ningún momento de sus dos alocuciones Lucero reconoció que alguna obra en particular viene a cubrir algo que quizás no se estaba haciendo muy bien.
Obviamente, miembros de la oposición también tuvieron algunos puntos muy cuestionables en sus discursos, como por ejemplo decir que se desconoce cuál es el número de planes sociales que hay actualmente en la provincia, que es algo que claramente dio a conocer la jefa de Gabinete, Natalia Zabala Chacur, en su último informe en la Legislatura. También hubo una serie de críticas genéricas sobre la inversión en Salud, que fueron calificadas como “frases vacías” por el oficialista Daniel González Espíndola, quien les recordó a los opositores la apertura del hospital Ramón Carrillo.
Otra de las cuestiones más notorias de la sesión fue el gran número de diputados oficialistas que hablaron, lo cual no es para nada habitual, ya que habitualmente son muy pocos los que realizan algún tipo de alocución, confiados en que, gracias a su mayoría, logran fácilmente la aprobación de todos los proyectos que envía el Ejecutivo. A esto hay que sumarle que, claramente, los distintos diputados del oficialismo se habían repartido diferentes puntos del presupuesto para destacar durante sus alocuciones y, lo que es más, parecía que muchos de ellos estaban leyendo algo que no habían escrito ellos mismos. Debido a esta altísima participación del oficialismo, el tratamiento del presupuesto duró más de 5 horas, cuando lo habitual, para un proyecto de este estilo, suelen ser 3.
En cuanto a la oposición, las principales críticas apuntaron a que “no promueve el desarrollo económico”, remarcando cuestiones como que el Ministerio de Producción tiene uno de los presupuestos más bajos. También se destacó la baja inversión en construcción de viviendas, a las cuales se destinarán unos 1.800 millones, lo que alcanzaría para unas 600 casas.
Por su parte, legisladores peronistas del interior, como José María Escudero, criticaron que “antes les dejaban un margen para proponer obras a los diputados del interior”, pero que eso ya no se hace, y que las obras terminan siendo decididas por alguien “detrás de un teclado”. Berta Arenas y Verónica Causi, ambas de Villa Mercedes, también realizaron críticas similares, despertando la ira de Anabela Lucero, quien les dedicó duras palabras en su alocución final.
Obviamente, durante las más de 5 horas de debate no faltaron, por parte del oficialismo, referencias a la crisis económica de la presidencia de Mauricio Macri y a la pandemia; mientras que desde la oposición apuntaron en múltiples ocasiones al último informe del Indec, el cual dio a conocer que en San Luis la pobreza creció mucho más en el resto del país, y a las políticas que fueron anunciadas luego de la derrota electoral de las PASO.
Pasadas las 22.30 horas, el presupuesto fue finalmente sometido a votación, logrando el oficialismo su aprobación por 23 votos positivos a 15 negativos.