El resultado de las PASO fue un durísimo golpe para la Unión Cívica Radical, la cual vio como su histórico piso de 20 puntos se redujo a 6,5 al separarse de Claudio Poggi. Esto no hizo más que solidificar los conflictos internos del partido centenario, el cual terminó claramente dividido en dos posturas. Por un lado, un sector, cuya figura principal es la concejal Celeste Aparicio, propone aceptar la derrota y “no ser oposición de la oposición”. Por el otro, con José Riccardo a la cabeza, apuestan a mejorar el caudal de votos, convocando a quienes “no comulgan con ninguna de las versiones del peronismo nacional y/o sanluiseño”.

“Por estas horas vemos como se despliega una vez más, el manual de todas las malas prácticas y amañamientos para intentar revertir este resultado electoral, de tal manera que les asegure su perpetuación en el poder. Dádivas, prebendas, malversación de los recursos del estado, división de la oposición, amenazas, sumisión, publicidad oficial, todo vale en este proceso para intentar retener el poder. Por eso creemos que quienes nos identificamos claramente con la oposición a este tipo de Régimen no podemos confundirnos y terminar siendo funcionales al mismo. Debemos tener en claro que no podemos dividirnos, en función de intereses mezquinos y subalternos, desoyendo la expresión abrumadoramente mayoritaria que se expresa por un CAMBIO”, dice parte del comunicado que emitió la semana pasada el sector de Aparicio.

La concejal plantea que “la unidad de la oposición es una premisa indispensable” y además recuerda “errores del pasado donde ante las oportunidades históricas terminamos fracasando”, como por ejemplo la elección a intendente capitalino en 2019.

En este contexto, Aparicio, quien salió segunda en las PAS y declinó su lugar en la lista ganadora, le pide a los radicales que reconozcan que, con un 6,41%, son “una minoría y que la misma no debe detener los procesos de cambio a los que aspira la sociedad”, por lo cual sus candidatos a legisladores nacionales, “sin chances alguna, deberían declinar candidaturas en post de fortalecer el otro espacio que representa a Juntos por el Cambio en San Luis y que obtuvo el 46,86% de los votos en las elecciones PASO”.

Obviamente, este “otro espacio” es Unidos por San Luis y es conducido por el senador nacional Claudio Poggi, con el cual la UCR, hasta este año, integraba San Luis Unido.

Por el lado de Riccardo se han centrado en tratar de instalarse como la alternativa al “no peronismo”, enfatizando además el uso del nombre “Juntos por el Cambio”, lo cual ha sido muy cuestionado por figuras de Cambiemos a nivel nacional y que además ya le ha valido al frente electoral un fallo en contra en la Justicia federal.

“Queremos convocar a los Sanluiseños que no comulgan con ninguna de las versiones del peronismo nacional y/o sanluiseño, a formar parte de este desafío para Cambiar San Luis y lograr las representaciones necesarias. Somos integrantes de partidos políticos con ideas, valores y principios que ponemos a consideración de nuestros comprovincianos en cada elección”, reza el último párrafo de un tibio comunicado de prensa que la UCR emitió dos días después de Aparicio.

“Las ratas son las primeras que saltan del barco. Un partido que se tira al piso en el primer tropezón, no tiene ningún destino. Ahora voy a defender, a cuidar y a acompañar a todos los candidatos en la provincia, de concejales, de intendentes y de diputados provinciales”, fueron las declaraciones, para nada tibias, de Riccardo cuando La Gaceta le consultó por el pedido que realizó Aparicio.

Obviamente, para ver qué sector tuvo la razón, y si la UCR terminó siendo o no funcional al oficialismo provincial, solo habrá que esperar a las elecciones generales del 14 de noviembre.