Este jueves por la mañana, Marina Ziliotto, la abogada y ex jueza que fue testigo en la causa por la que esta semana fueron nuevamente condenados Sergio Freixes y Mario Zavala, habló en exclusiva con La Gaceta Digital, evaluó el nuevo fallo, repasó y reflexionó sobre este larguísimo proceso de 19 años. “Ayer la Fiscalía Federal de Cámara me notificó la sentencia y con mucha alegría recibí la noticia. Es el tercer fallo en contra”, dijo Marina.

Fe de erratas: En la versión original de esta nota, se consignó que la denuncia fue realizada por Zioliotto, pero esto no fue así. Fue Gretel Diamante, por aquel entonces fiscal de la 2da Circunscripción Judicial y actual jueza del Tribunal Federal de San Luis, quien radicó la denuncia.

El primer fallo en contra fue en 2019 en el Tribunal Oral Federal de San Luis, donde Freixes y Zavala fueron condenados a cinco años de prisión y diez de inhabilitación. “La fiscalía acusaba por dos hechos independientes y el tribunal condenó por un solo hecho. Este fallo fue recurrido por la fiscalía y también por las defensas de los dos imputados. Los imputados pedían la absolución total, mientras que la fiscalía pedía que se los condenara por los dos hechos”, recordó Ziliotto.

De allí, la causa pasó a Casación Penal, que es el mayor órgano penal que tiene la justicia federal argentina antes de la Corte Suprema, donde no solo confirmaron esta sentencia, sino que la ampliaron y condenaron a un año más por el segundo hecho que había sido absuelto aquí en San Luis. Sin embargo, un fallo de la Corte Suprema establece que “cuando la Cámara de Casación hace lo que se llama casación positiva, es decir, amplía la sentencia, debe ser revisada esta sentencia por una sala de igual jerarquía de la misma Corte”. “Esa sala se conformó con tres jueces distintos que revisaron la sentencia de casación y ayer la volvieron a confirmar: seis años de detención, diez años de inhabilitación y dos hechos delictivos cometidos”, explicó Ziliotto.

“Ahora, ¿qué les queda? Queda un último recurso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, pero es inédito que cambie tres sentencias condenatorias. Es un trámite lo que le queda. Lo único que pueden lograr yendo a la Corte Suprema es dilatar un poco más la sentencia definitiva”, continuó la abogada.

Al respecto, Marina también explicó que hay dos doctrinas con respecto al cumplimiento de la prisión efectiva mientras un recurso tramita ante la Corte Suprema. Por un lado, están los que dicen que se suspende el cumplimiento de la condena mientras la causa está en la Corte, y otros que no. Si Freixes decide recurrir a la Corte Suprema y se aplica esta última doctrina, el ex ministro podría ir preso la semana que viene. Caso contrario, el cumplimiento de la condena podría dilatarse inclusive un par de años más.

“Han hecho todo lo que estaba a su alcance para dilatar esta causa estos 19 años, porque en realidad la Fiscalía fue muy rápida y expeditiva en recolectar todas las pruebas rápidamente después de la denuncia. Las pruebas que sustentan esta causa se juntaron en uno o dos años, por las medidas que hizo la Fiscalía y los aportes que hice yo y los aportes que hizo la denunciante. Pero después empezaron a presentar recursos, recursos y recursos que llegaban a la corte y volvían a hacer la misma presentación. Y a todos los recursos les daban traslado, y les daban entidad y los resolvían. Es decir que les han resuelto dos o tres veces mismo y por eso porque se dilató tanto”, comentó Ziliotto.

“Las secretarias del fiscal me contaban que a esta causa la tienen como modelo en la Facultad de Derechos de Buenos Aires donde dan clase ellas; no por la cantidad de años, porque dice que está dentro de lo normal para causas de corrupción, sino por la prueba, porque es muy difícil probar una coacción agravada. Las restricciones a la libertad de la persona son muy difíciles de probar. Y esta es una de las causas que más pruebas tiene”, añadió.

“Son 19 años, un tercio de mi vida y la verdad que hay que soltar un poco las cosas, ya creo que se logró el cometido, que se hizo justicia. Tengo tres sentencias que dicen que lo que dije fue cierto, que es un delito, que son culpables, y tengo el nombre y apellido de las personas culpables. Teníamos todo en contra para probar esto, porque era en un momento político donde el gobierno tenía el 70% del apoyo popular, hubo que allanar la Casa de Gobierno para secuestrar máquinas, que después tuvo que peritar la Policía Federal de Córdoba, porque acá no había recursos. Además, la mayoría de las personas fueron muy reticentes a testimonios, inclusive los mismos del Poder Judicial. Las otras personas que estuvieron conmigo involucradas, que éramos 11, se abstuvieron de declarar. Tuvo que pasar 19 años para que una jueza, después de que se jubilara, se sintiera segura y pudiera dar una declaración en el juicio oral. Los demás se quedaron con el cargo, se callaron la boca y ahí anda la causa dando vueltas a ver si prescribe, porque separaron las causas, me dejaron a mí sola y a los otros 10 por otro lado. Y esos 10, muchos de esos están hoy en el Poder Judicial. Y esos se han jubilado en el Poder Judicial. Entonces, la única que no está hoy en el Poder Judicial soy yo. Fue muy fuerte realmente. Con esas personas yo me cruzo a diario. Y fue muy fuerte empezar a trabajar de nuevo del otro lado de la barandilla, reconstruir mi vida, criar mis niños que tenían 2 y 4 años, me tuve que pasar toda la niñez y toda la adolescencia de mis hijos explicándoles todo esto. Entonces ha sido complicado y muy difícil. Se obtuvo un resultado, pero la verdad que fue muy muy doloroso todo este paso”, concluyó Ziliotto.