
Esta mañana, L dio un desgarrador testimonio en conferencia de prensa, luego de que AAO, un ex policía de 43 años de edad a quien denunció por abuso sexual, fuese absuelto este miércoles por el beneficio de la duda. Cabe señalar que solo se han dado a conocer las iniciales de ambas personas para proteger la identidad de la denunciante y también por orden judicial.
“Para mí es muy importante contarles mi historia. Hoy me encuentro acá porque hace 15 años que vengo luchando. Cuando tenía seis años por cumplir siete años, bajo la tutela de mi mamá biológica, su pareja, en ese momento policía de la provincia de San Luis, abusó sexualmente de mí. Pasé por mucho daño físico, pasé por mucho daño psicológico viviendo con ella”, fue lo primero que contó L, hoy ya de 22 años de edad.
El papá de L pidió la tenencia, no por haber detectado el abuso sexual, sino porque veía muchos descuidos por parte de su ex pareja. El hombre logró la tenencia por un tiempo, pero la Justicia ordenó que L vuelva a vivir con su madre biológica. “Mi mamá va al domicilio con un abogado diciendo que yo tenía que volver a vivir con ella. Ante esto mi papá me explica que tengo que volver a vivir con mi mamá y yo ahí rompí en llanto. Le expliqué todo, todo por todo lo que había pasado, como pude, porque era muy chiquita. Y bueno, ahí empezamos con abogados. Me recuerdo de muy chiquita, yendo al Poder Judicial de las manos de mi papá y accediendo a todo lo que el Poder Judicial pidiera. Me pidieron exámenes físicos, exámenes psicológicos… Perdón, me cuesta hablar de esto”, contó L, con la voz quebrada.
Ahí comenzó un largo proceso, en que L se sometió a todo tipo de pericia solicitada por la Justicia. Así y todo, el juicio duró 15 años. “Pensamos que este camino de la legalidad iba a traernos un poco de paz con los resultados, pero no. Hoy tengo 22 años y el día 22 de agosto lo dejaron suelto. Como veredicto fue absuelto por beneficio de la duda, esta persona no es inocente. Al decir beneficio de la duda quiere decir que el tribunal está dudando si esta persona abusó o no de mí y ante la duda decide dejarlo suelto, decide dejarlo en nuestra sociedad. Y esto quiere decir que el tribunal ha fallado a favor de mi imputado y no de mí”, lamentó.
“El tribunal pudo acceder a mis dos Cámaras Gesell, accedieron a mi psicóloga, accedieron a mis exámenes físicos. El día lunes 7 de agosto hasta el día miércoles 9 de agosto, todos los días desde las 9 de la mañana hasta las 18 horas estuve en el Poder Judicial. Y el día lunes yo di mi voz ante el tribunal y parece que hicieron oídos sordos. Así que me escucharon. Me da la impresión, es un poco frío, pero me da la impresión que esperan a que me maten o esté muerta para hacer algo”, continuó L.
“Yo con mi mamá estoy desde que nací hasta que tuve 7 años pero esta persona se presentó en nuestra vida cuando ya habré tenido aproximadamente 5 años. Mi mamá trajo a esta nueva persona, este ex policía de la provincia, a casa y lo presentó como pareja. Al tiempo fue a vivir con nosotros y todo parecía bueno en un principio y después empezaron los insultos, los maltratos, los golpes, el abuso. Un abuso sexual. Físico también, porque recibía golpes. Y podría decir que psicológico, porque también recibía insultos”, sostuvo L, asegurando que su madre biológica estaba al tanto de la situación. “Inclusive en la noche que fui abusada sexualmente, estábamos en la misma habitación. Cuando me pegaba, cuando me metía la cabeza al tacho del agua, siempre estuvo y nunca hizo nada”, contó la joven.
L también remarcó una gran desprolijidad que se vivió en la última etapa del juicio. En primer lugar, la fecha del veredicto se pasó del 9 de agosto al 23, según constaba en el expediente del sistema IURIX, pero en realidad era el 22. “Me avisaron a mí que el veredicto iba a ser el 22 de agosto, ese mismo día, a las 8 de la mañana y el veredicto iba a empezar a las 9 de la mañana. Yo no vivo acá en San Luis, tuve que mover cielo y tierra para poder estar en ese veredicto. Para mí eras muy importante estar, lo he seguido todos estos años y deposité muchas esperanzas en ese veredicto para que me dijeran que lo dejan absuelto por beneficio a la duda”, criticó L.
En el tramo final de la conferencia, a L se le preguntó qué le diría a la Justicia. “Les pregunto, ¿Por qué tengo que pagar los platos rotos? ¿Por qué soy yo la que tiene que estar intranquila? ¿Por qué soy yo la que tiene que salir a la calle con un gas pimienta en la mano y con la otra mano pensando, o sea, teniendo el celular con mi ubicación? ¿Por qué me da miedo que me maten? ¿Por qué me da miedo cruzar a esta persona en la calle y que me pegue un tiro?”, fueron las palabras de la joven, quien, por otro lado, dice que no tiene nada que decirle a su mamá biológica.
“El día martes 8, muchos medios se acercaron conmigo. No me acuerdo qué periodista me hizo la pregunta de qué mensaje tenía para dar a las mujeres. Hasta ese momento no había resonado esa pregunta en mí. La estuve pensando hasta hoy. Es muy triste y siento a veces que, si no tenés nada bueno para decir no lo digas. Les quiero decir que denuncien y van a ser ignoradas, que hablen con el tribunal, que se acerquen a un juez y van a hacer oídos sordos a su dolor. Que no hay esperanza, chicas. Lo siento tanto. Yo había depositado la esperanza de comenzar de nuevo el 22. Y el Poder Judicial de la provincia de San Luis me dio la espalda. Así que no tengo nada bueno para decirles. Denuncien y va a quedar todo en la nada. Vengan al Poder Judicial y va a quedar todo en la nada”, concluyó L.
Cabe señalar que la joven contó que desde la Secretaría de la Mujer le han ofrecido apoyo psicológico, y que espera poder comenzar con este tratamiento, a través del organismo, para esta nueva etapa.