
La ministra de Seguridad, Nancy Sosa, interpuso una denuncia penal contra sus últimos tres predecesores en el cargo, Luciano Anastasi, Claudio Latini y Ernesto Alà (actual intendente de La Toma). La acusación es por haber cometido delitos contra la administración pública, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público en concurso real.
Cuando Sosa asumió en la cartera, encargó una evaluación de las obras y el mantenimiento de varias dependencias policiales, entre ellas las ubicadas en la ciudad de La Toma. SegĆŗn la denuncia, se encontraron allĆ con āuna seguidilla de contratos firmados con la Municipalidad para refaccionar y reacondicionar el destacamento del cuartel de bomberos, el sector de CriminalĆstica, Investigaciones y Canes y la ComisarĆa de la Mujer, mĆ”s el comedor de la Unidad Regionalā.
Lo que advirtió el relevamiento llevado a cabo por la arquitecta Leila Vega es que āsi bien los anticipos de estas obras fueron abonados de manera excesiva, superando ampliamente lo establecido en dichos contratos (30%), la realidad demostró que jamĆ”s se concretaron siquiera parcialmente, quedando en estado de absoluta decrepitud y abandono edilicioā.
Sobre Anastasi y Latini pesa la acusación de ser los responsables de la contratación, el pago adelantado excesivo y la falta de control de las obras. Y sobre Ali, el hecho de haber sido el contratista que no cumplió con los trabajos.
Ante la falta de actividad, el 30 de noviembre del aƱo pasado se rescindieron los contratos, obligando al Municipio a entregar la obra en el estado en el que se encontrase. El problema es que ya se habĆa pagado una buena parte de los comprometido y los trabajos no avanzaron āsiquiera en un 1%ā, segĆŗn consta en la denuncia, lo que constituye un tĆpico caso de fraude a la administración pĆŗblica.