
Una vez más, las peleas entre el oficialismo y la oposición fueron el tema predominante en la última sesión del Concejo Deliberante de la ciudad San Luis, donde una vez más no se abordaron ninguno de los problemas que aquejan a la ciudad, como las calles llenas de baches, la basura, el dengue o los aumentos automáticos de la tarifa de Transpuntano.
De las casi 4 horas y media que duró la sesión, más de una se dedicó al mismo tema que desató feroces peleas en las últimas dos sesiones: el repudio a la funcionaria municipal acusada de discriminar a trabajadora trans que fue despedida de la Municipalidad de San Luis.
Esta vez, el opositor Alejandro Cordido solicitó una cuestión de privilegio hacia la presidencia por lo ocurrido en la sesión pasada, y le agregó a este pedido que, en caso de ser rechazado, la misma sea girada a la comisión de Interbloque. Sobre este punto, cabe explicar que las cuestiones de privilegio son mociones que los legisladores pueden presentar durante una sesión cuando consideran que se han afectado los privilegios parlamentarios. Cordido argumentó su pedido señalando que, en la sesión pasada, se pasó a un cuarto intermedio cuando se estaba debatiendo y por votar el tan polémico repudio.
Esto disparó un debate de casi una hora, donde en lo único que los concejales se pusieron de acuerdo es en que la sesión pasada fue un bochorno. También se dio una intervención cuasi cómica de la concejala Laura Sánchez, que fue electa para integrar la oposición y, apenas asumió su banca, se pasó al oficialismo. Sánchez volvió a manifestar oralmente que repudiaba lo expresado por esta funcionaria, pero a la hora de votar algo relativo a este proyecto, sigue haciéndolo en contra.
El tema, sin entrar en detalles, fue rechazado por la mayoría oficialista, pero las peleas no terminaron ahí, ya que el oficialismo había presentado un proyecto de repudio a “a las acciones desestabilizadoras llevadas a cabo por concejales del Bloque Justicialista”. Sin lugar a dudas, el oficialismo no tenía la más mínima intención de hacer las paces con la oposición cuando escribió este proyecto, donde acusa a sus rivales políticos de “instigar el caos y la violencia con una serie de acciones que comenzaron con el desconocimiento del reglamento interno del cuerpo”. Curiosamente, en esta misma sesión de hoy, Mario Silvestri, presidente del bloque oficialista se excusó de seguir el reglamento al pie de la letra, asegurando que lo “sobrepasa el sentido común”.
El proyecto también señala que “la sociedad puntana se ha expresado de manera contundente en las urnas”, obviando mencionar que Sánchez fue votada para integrar las filas del Partido Justicialista y que, si no se hubiese “vendido”, la oposición debería tener mayoría en el recinto.
Curiosamente, cuando llegó el momento de darle estado legislativo a este insólito repudio, el mismo fue salteado. Se estaba por pasar a otro tema, pero la oposición pidió sobre tablas que sea tratado. Acorralados con su propio proyecto, el oficialismo votó afirmativamente y así se abrió un debate que también duró casi una hora.
En particular, el más duro fue el opositor Gastón Témoli, quien calificó al proyecto como un “relato sesgado”, como un “proyecto de provocación” y una “farsa y puesta en escena”. Tomando el concepto de violencia mencionado en el proyecto, el opositor mencionó distintos hechos que se han dado en el Concejo desde que asumió su presidencia Agustina Arancibia Rodríguez, como “permitir que la Policía espíe a concejales opositores”, la represión a periodistas en la Asamblea Legislativa del 1ro de marzo y la desobediencia a la orden judicial de reincorporar a los trabajadores despedidos. También acusó al oficialismo, en una clarísima referencia al cambio de bando de Laura Sánchez, de “no respetar la democracia popular que decidió que este Concejo controle al poder ejecutivo municipal y solo por una decisión transfuguista hoy ustedes gozan de una mayoría circunstancial”.
Obviamente este proyecto se terminó aprobando por los 8 votos que el oficialismo tiene gracias a Sánchez, contra los 7 de la oposición. Hubo más proyectos de este tenor, incluyendo un par sobre el incumplimiento de la orden de reincorporación de los trabajadores despedidos, pero fueron rechazados por el oficialismo.
A lo que no se le dio ningún tipo de tratamiento o debate durante la sesión de hoy fue a proyectos que mejoren la vida de los ciudadanos de San Luis. Más de un concejal, fuera y dentro del recinto, ha reconocido que están enroscados en estas peleas y que han dejado de lado lo relativo a los vecinos y la ciudad, pero todavía no han logrado darle curso a proyectos que aborden estas problemáticas. Lo que es más, hoy se pasó a archivo el proyecto de reforma de Código Urbanístico, que fue presentado en 2019 y que, a pesar de que se realizaron múltiples audiencias públicas para trabajarlo y mejorarlo, terminó perdiendo su estado legislativo.