Se estima que la próxima semana, el Tribunal de Impugnaciones si hace lugar al acuerdo en el marco de la causas por violencia de género, amenazas e incumplimiento de órdenes judiciales que tiene como imputado al fiscal adjunto Andrés Salas. Las partes acordaron la internación y tratamiento psiquiátrico durante tres años del funcionario judicial, pero la jueza de primera instancia rechazó el acuerdo, y la defensa del Salas apeló.

“En esta causa nosotros ya habíamos prestado el consentimiento del acuerdo. Consiste en una internación del imputado a fin de que se pueda tratar psicológicamente y psiquiátricamente toda la vez que surge de la causa, a raíz de las distintas pericias, que el origen de las distintas causas que se denuncian tienen que ver con una patología que lo fundamental es tratarlo psiquiátricamente desde el punto de vista médico. Aceptamos porque este acuerdo que conlleva tres años de control en una clínica de Entre Ríos, pero posteriormente hacer seguimiento en San Luis, una orden de restricción con la víctima. Entendíamos que era razonable”, explicó Santiago Calderón Salomón, abogado de la ex pareja del fiscal.

El letrado comentó que otro motivo para aceptar el acuerdo tiene que ver “con darle un cierre” a la víctima porque toda la situación “la tiene a maltraer”.

A pesar de que las partes tenían un acuerdo, la jueza de Garantía N° 2, Agustina Dopazo, no hizo lugar bajo el argumento “que el consentimiento de la víctima no era totalmente libre”, detalló al abogado de la denunciante. La Fiscalía había dado la aprobación del acuerdo mientras que la Defensoría de Niñez Adolescencia e Incapaces reiteró su postura en contra. Como consecuencia de lo mencionado, la defensa de Salas apeló la decisión de la jueza en una audiencia que se realizó este jueves.

En caso de que el Tribunal de Impugnaciones (está integrado por tres jueces) hace lugar al acuerdo deberá definir en qué condiciones, pero en caso de que lo rechace, continuará la causa en contra de Salas para llegar al juicio oral.

En la actualidad, el fiscal Salas continúa trabajando, pero lo hace de manera remota y tiene una tobillera electrónica con el objetivo de que no se acerque a la víctima.

Por su parte, la mujer “lo que quiere realmente es dar un cierre, evitar todo tipo de contacto” con Salas. Sin embargo, como madre no puso impedimento de que el padre tenga contecto con las hijas, pero que quiere la tranquilidad Salas esté controlado con un tratamiento, según comentó el abogado.