Tras la formulación de cargos contra la subinspectora Marina Silva, quien está con prisión preventiva imputada de “homicidio doblemente calificado por el vínculo y por alevosía agravado por el uso de arma de fuego”, se hizo público que antes de dispararles a sus hijos cuando dormían provocó una pérdida de gas. Por otro lado, trascendió que Silva tenía deudas por una suma cercana a los $7 millones.

La fiscal adjunta Antonella Romagnoli manifestó en la audiencia de ayer que “Silva y sus dos hijos se encontraban en su domicilio. Estaban durmiendo en una cama matrimonial, en una habitación ubicada al fondo de un pasillo. Fue allí que la acusada tomó su arma reglamentaria y se dispuso a darle muerte a sus hijos. Antes, había colocado una garrafa celeste, dejando abierta la llave de gas, produciendo la pérdida de gas y la somnolencia de sus hijos. Luego disparó contra el colchón del lado izquierdo a la altura de los pies de la cama, a los fines probar el correcto funcionamiento del arma. Después colocó una almohada y una toalla encima del rostro de sus hijos y les propinó dos disparos a quemarropa”.

A los niños de 2 y 7 años les metió dos tiros. Uno en el lado izquierdo del pecho y otro en el lado derecho de la cabeza a la altura de la oreja. El informe forense determinó que la niña de 7 años murió por lesión cerebro cardiopulmonar por pasaje de proyectil de arma de fuego. El niño de 2 años le arrebató la vida por lesión cerebro pulmonar a consecuencia de pasaje de proyectil de arma de fuego.

Luego de realizar los asesinatos, la policía escribió una carta. “Ni Jonathan ni mi mamá me hicieron embargar el sueldo, yo sola me llene de deudas. Perdón, ya no pude más, no es culpa de nadie, pero necesito paz. Pa y Ma perdón, perdón por no seguir más. No quiero que mis hijos sean una carga para nadie, los amo tanto que quiero que estamos juntos”.