Imagen gentileza de Cristina Sosa, de radio UNSL

Este martes, Cristian Gregorio Suárez, el hombre que secuestró e intentó matar a Paloma Fernández, fue trasladado al Servicio Penitenciario Provincial bajo prisión preventiva por 120 días, mientras continúa la investigación en su contra. Cabe recordar que la joven, de 18 años y embarazada, se arrojó de un auto que iba a gran velocidad para escapar de Suárez, quien era su expareja. Al día de hoy, Fernández permanece en terapia intensiva y desde el hospital Ramón Carrillo confirmaron que perdió su embarazo.


Al hombre de 42 años se lo imputó por homicidio calificado por el vínculo y por género en grado de tentativa, aborto en perjuicio de Brisa Paloma Fernández, resistencia a la autoridad e incumplimiento de una orden judicial, delitos que se investigan en concurso real.

La fiscal María del Valle Durán, en declaraciones a radio UNSL, confirmó que Suárez tenía una orden de restricción de acercamiento vigente debido a antecedentes de violencia familiar ocurridos en diciembre. Sin embargo, el 9 de febrero, la esperó afuera de su domicilio y la interceptó en la calle. “Tenemos testigos que fueron los que llamaron al 911 de que ven cómo la golpean en la calle, la ingresa a su vehículo que es un taxi, por la fuerza, y dentro del vehículo comienza una pelea que también es vista por cámaras del SISPRO”, relató. Durante esta pelea, la joven sufrió al menos tres lesiones cortopunzantes en el abdomen, intestinos y pecho.

La situación derivó en una persecución policial, durante la cual ambos se arrojaron del vehículo, aunque en distintos momentos. “Creemos que en ese momento y para salvar su vida, la víctima se arrojó del vehículo andando a gran velocidad”, agregó Durán. Luego, Suárez continuó la huida a gran velocidad, alcanzando entre 150 y 170 km/h, hasta que finalmente también se arrojó del taxi, que terminó impactando en unos pastizales.

Sobre la intención de Suárez al atacarla, la fiscal fue contundente: “Por supuesto, tenía total conocimiento de ese embarazo de 18 semanas”, y agregó que el agresor tenía “dolo directo, de darle muerte a ella y al hijo que estaba por nacer”.

Fernández permanece internada en terapia intensiva con estado reservado y aún no se le ha retirado la asistencia respiratoria, por lo que no ha podido declarar sobre lo sucedido, remarcó la fiscal Durán.