Buena Esperanza fue el epicentro del Cuarto Encuentro Departamental de Mujeres en Dupuy, una iniciativa que, tras cuatro años de crecimiento, sigue consolidándose como un espacio de reflexión, encuentro y acción para las mujeres de toda la región. Este año, el evento dio un giro fundamental: por primera vez, se realizó al aire libre, transformando la Plaza Sarmiento en un punto de convergencia, simbolizando el compromiso con la participación comunitaria y el protagonismo femenino en la vida pública.

Bajo el lema “Mujeres en Comunidad”, la jornada estuvo marcada por la diversidad de espacios de trabajo y la gran convocatoria de mujeres que se acercaron desde distintos puntos del departamento. La comunidad fue la clave, no solo como concepto, sino como práctica concreta: mujeres compartiendo experiencias, intercambiando conocimientos y reafirmando su rol como motor fundamental en la vida social, económica y política de Dupuy.

Ejes de trabajo: construyendo desde la diversidad

El encuentro se organizó en diversos espacios temáticos, diseñados para abordar diferentes dimensiones de la experiencia femenina:

– Eje deportivo: Un espacio donde el deporte se reivindicó como una herramienta de autonomía, fortaleza y empoderamiento, con actividades físicas que pusieron en valor la capacidad y la resistencia de las mujeres.
– Eje artístico: La expresión creativa fue el vehículo para conectar con las propias vivencias y resignificar historias. El arte como un puente entre el pasado y el futuro, la memoria y la construcción de nuevos relatos.
– Eje de huerta y cooperativismo: La huerta como símbolo de resiliencia, autosustentabilidad y resistencia, una metáfora de la propia comunidad: un espacio que, con cuidado y dedicación, florece y se expande.

Reconocimiento a la mujer rural: el alma de nuestra comunidad

Uno de los momentos más emotivos del encuentro fue el reconocimiento a la mujer rural, un pilar fundamental en la construcción de nuestra identidad y en la vida cotidiana del sur provincial. En cada tarea que desempeñan—ya sea en el campo, en sus hogares, en la producción local o en la organización comunitaria—las mujeres rurales encarnan la fuerza, la perseverancia y el arraigo que sostienen a nuestras familias y pueblos.

La mujer rural es la que madruga antes que el sol, la que cría, siembra y cosecha, la que enseña con su ejemplo el valor del esfuerzo y la solidaridad. Es quien, en los días de viento y sequía, no deja de avanzar, porque sabe que el trabajo en la tierra es también un acto de esperanza. Su labor no solo alimenta cuerpos, sino también fortalece el alma de la comunidad.

Este homenaje no fue solo un gesto simbólico, sino un reconocimiento real a su protagonismo y al derecho a ser visibilizadas y acompañadas con políticas que respeten su trabajo, su historia y sus sueños.

Un Estado presente: instituciones y políticas públicas concretas

El evento contó con la participación de distintas instituciones que acompañan el desarrollo y la protección de las mujeres en la región. El Juzgado de Paz, la CANAF de Buena Esperanza y el área de Acción Social municipal se hicieron presentes, brindando asesoramiento y acompañamiento. Además, un equipo de abogadas se sumó de manera voluntaria, fortaleciendo el compromiso con los derechos y la justicia para las mujeres de Dupuy.

En sus palabras, la intendente, ingeniera química Sofía Larraudé, remarcó la importancia de abrir este tipo de espacios a la comunidad, destacando que la decisión de trasladar el evento a la Plaza Sarmiento responde a una visión de integración y participación plena.

“Nuestra plaza es el corazón de Buena Esperanza. Es un espacio de encuentro, de identidad y de movimiento para toda la comunidad. Sabemos que cuando las mujeres se organizan y se encuentran, nacen cambios profundos. Desde el municipio, seguimos comprometidos en acompañar con políticas públicas concretas y reales, porque creemos en el protagonismo de las mujeres y en su papel esencial dentro de nuestras familias, nuestras instituciones y nuestras decisiones colectivas”, expresó la jefa comunal.

El evento también fue una oportunidad para reafirmar el compromiso de seguir fortaleciendo estos espacios de encuentro y reflexión, un camino que comenzó años atrás y que sigue consolidándose con cada nueva edición.

En este sentido, el intendente mandato cumplido, Fernando Larraudé, quien fue parte de los primeros pasos de esta iniciativa, destacó la importancia de sostener en el tiempo este tipo de encuentros:

“Cuando pensamos en los primeros encuentros, lo hicimos con la convicción de que las mujeres del sur debían tener un espacio propio, donde su voz, su historia y sus luchas sean el centro. Me emociona ver que esto ha crecido, que la comunidad lo hizo suyo, porque cuando una mujer se encuentra con otra, se teje algo más grande que un evento: se teje identidad, pertenencia y fuerza colectiva. El compromiso que asumimos sigue vigente y seguirá en cada mujer que camina este suelo con la frente en alto”.

Este Cuarto Encuentro Departamental de Mujeres en Dupuy no sólo fue una jornada de reflexión y empoderamiento, sino una reafirmación de que cuando las mujeres se organizan, el presente se transforma y el futuro se construye con más equidad, justicia y comunidad.