A través de un duro comunicado, la Mesa Intersindical Estatal expresó su preocupación por los resultados de las elecciones provinciales del pasado 11 de mayo, donde los votos en blanco y nulos se posicionaron como la segunda “fuerza” más votada del padrón. A partir de ese dato, los gremios señalaron una “crisis de representatividad política” y reclamaron a las autoridades que no ignoren el mensaje de las urnas.

En el documento, firmado por UTEP-SL, ATE, APEL, APTS y el Sindicato Judiciales Puntanos, los sindicatos cuestionaron el rol de la dirigencia política y exigieron soluciones concretas como salarios dignos, servicios públicos eficientes y mayor seguridad. Además, pidieron a las autoridades que no quiten “la herramienta más importante que tiene el pueblo para cambiar su realidad: el voto”.

A continuación, el comunicado completo:

CRISIS DE REPRESENTATIVIDAD
Este domingo 11 de mayo, las urnas hablaron… pero no gritaron nombres ni partidos. Gritaron algo más profundo: el hartazgo.

En las elecciones provinciales, el dato más inquietante no fue quién ganó, sino quién creció.
Y lo que creció —en silencio, pero con fuerza— fueron los votos en blanco y nulos: 64.245, la segunda “fuerza” más votada de todo el padrón.

Para dimensionar esto:
– El total de personas del padrón fue de 421.285 personas.
– Votó el 60% (solo un 10% menos que las últimas elecciones).
– El partido más votado obtuvo apenas un 25,07% del total del padrón.
– El segundo, 13,79%.
– En cambio, los votos blancos y nulos representaron el 15,24%.

Ese dato no puede ni debe pasarse por alto. No es indiferencia. No es desinterés. Es una forma legítima —y dolorosa— de decir: “ustedes no nos representan”.

Desde la Mesa Intersindical Estatal, expresamos nuestra profunda preocupación ante esta crisis de representatividad política. Es evidente que la política, en su conjunto, se ha distanciado de la vida real de la gente.

Y esa gente, que está cansada de peleas mezquinas, que no vive de promesas ni discursos, necesita otra cosa: que le solucionen sus problemas —trabajo digno, salarios que alcancen, servicios públicos que funcionen, y seguridad para vivir—.

Los partidos deben leer este resultado como lo que es: una advertencia. No del odio, sino del abandono.

Una ciudadanía que se expresó con el voto… pero no encontró a quién dárselo.
Y eso no debería ser motivo de celebración para nadie, sino de autocrítica urgente.

También pedimos a las autoridades que no le quiten la herramienta más importante que tiene el pueblo para cambiar su realidad: el voto. “La democracia no se vacía de un día para otro. Se vacía cuando la esperanza no encuentra eco en quienes gobiernan.”

Y como trabajadores y trabajadoras del Estado que somos, entre docentes, personal de salud, municipales, judiciales, Plan de Inclusión, policías y administración pública (más de 60 mil personas)—la mayoría por debajo de la línea de pobreza— lo decimos con claridad:

Estamos pidiendo que escuchen y resuelvan. Basta de imponer desde arriba. En democracia se gobierna escuchando, no ignorando al pueblo que sostiene el Estado todos los días.