Un estudio del Observatorio del Desarrollo Humano de la Universidad Austral reveló que Argentina atraviesa una caída abrupta de la natalidad, con una baja del 40% en menos de una década. San Luis, junto con la ciudad de Buenos Aires y Tierra del Fuego, se encuentra entre las provincias con las tasas más bajas del país. Según los últimos datos disponibles, San Luis registra apenas 1,07 hijos por mujer, frente al promedio nacional de 1,4. En la ciudad de Buenos Aires, la tasa es de 0,9 hijos por mujer.
María Sol González, magíster investigadora y becaria doctoral del CONICET en el Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral, explicó que se trata de un fenómeno global que ya se observaba en Europa y que alcanzó a América Latina. En una entrevista con el programa Solo un Café, de Radio Universidad, González advirtió que el descenso en la natalidad en Argentina se dio con una velocidad inusitada. “Es del 40%. En el resto de los países de la región no se da tan abruptamente, es mucho más paulatino el descenso”.
La investigadora sostuvo que las causas son múltiples y no pueden reducirse únicamente a una cuestión económica, aunque señaló que existe una fuerte correlación entre la caída de los nacimientos y variables como el Producto Bruto Interno y la tasa de ocupación. “Claramente lo que es la incertidumbre futura obviamente es un condicionante en lo que es el deseo de ser madre o padre, pero no es la única causa, esa es la realidad”.
Uno de los factores que más preocupa es el cambio sociocultural que está ocurriendo en el país. “Se está gestando un cambio sociocultural en el país, que también es una tendencia mundial, donde vemos una marcada tendencia hacia el individualismo, en el que predominan vínculos sociales y familiares un poco más frágiles, menor disposición al cuidado de grupos más vulnerables, como son los niños y también los adultos mayores”, explicó González.
Además, la maternidad se retrasa. “La edad promedio de la maternidad se postergó hacia los 30-35 años, a favor, por ejemplo, de lo que es la formación académica, el desarrollo profesional, la necesidad también de salir al mercado laboral”, señaló.
En cuanto a San Luis, la provincia se ubica entre las tres jurisdicciones con la tasa de natalidad más baja del país. “San Luis, junto con la ciudad de Buenos Aires y Tierra del Fuego, son las provincias que tienen la tasa de natalidad incluso más baja del país. Tenemos una tasa de 0.9 en la ciudad de Buenos Aires y San Luis tiene una 1.07, no llega a 1.1”, detalló González.
Aunque por el momento no hay estudios específicos que analicen en profundidad qué factores inciden en cada región, la investigadora adelantó que están trabajando en una encuesta nacional para obtener datos concretos. “Estamos pensando en hacer una encuesta a nivel nacional que nos permita dar cuenta de cuáles son las causas con números concretos que inciden en lo que es esta baja de natalidad”.
En Europa, donde la tendencia se inició hace décadas, las consecuencias son profundas y estructurales. “No estamos hablando de un fenómeno demográfico en sí mismo, sino un fenómeno que implica un desafío estructural para lo que es el desarrollo sostenible de un país. Porque tenemos menos jóvenes y, por ende, más adultos mayores”, alertó González. Este cambio impacta en múltiples sectores, desde la salud hasta la industria: “Menor educación quizás se demande, menor cantidad de juguetes, menos indumentarias para niños pequeños”.
Entre las políticas que los países europeos ya implementan, mencionó medidas migratorias para atraer jóvenes, así como iniciativas vinculadas al empleo, la educación y el cuidado, tanto de niños como de adultos mayores. Según González, “hay que pensar políticas públicas activas en materia de familia, no solamente en términos de niños, sino también de adultos mayores”.
En ese sentido, advirtió sobre las consecuencias previsionales que esta transición demográfica puede tener en Argentina. “Vamos a tener menos trabajadores que aporten al sistema de jubilación”, indicó, y agregó: “Cuando analizamos la pobreza, vemos que la pobreza en Argentina tiene cara de niño. El 60% de los pobres del país tienen menos de 30 años y cuando nos quedamos con el grupo etario menor de 14, la pobreza es del 52% y la pobreza extrema, que es la indigencia, es de uno de cada 10 chicos”.
A diferencia de esa situación, González observó que “cuando analizamos las poblaciones más envejecidas, los grupos etarios más grandes, ahí la pobreza es considerablemente más baja. O sea, en cierta forma hay algún cuidado, protección que se le está dando adicional al adulto mayor y que no está llegando al niño”.
Finalmente, los datos del último Censo también muestran un cambio en la estructura del hogar argentino. “Predominan lo que son los hogares con un solo miembro por encima de cualquier otra conformación del hogar. Mientras que en el Censo 2010 preponderaban los hogares con dos, tres y cuatro miembros por encima de los hogares unipersonales”, señaló. En las últimas tres décadas, los hogares unipersonales pasaron del 13% al 25%. Para González, este dato “también implica un cambio cultural profundo con una sociedad de vuelta con una marcada tendencia individualista”.