La Fiscalía de Instrucción en feria judicial, representada por Antonella Romagnoli, investiga a cinco personas por un hecho ocurrido el 8 de julio en la ciudad de San Luis donde un hombre denunció haber sido secuestrado, amenazado con armas de fuego y agredido por un grupo de conocidos. La fiscal imputó a Zaira Guzmán, Jorge Salama, Gabriel Cuello, Fernando Sombra y Matías Manríquez por robo doblemente calificado (por el uso de armas de fuego y por haberse cometido en poblado y en banda), tentativa de abuso sexual con acceso carnal agravado (por la participación de dos o más personas y con armas), y secuestro coactivo doblemente agravado (por el número de participantes y el uso de armas), todo en concurso real.
Este viernes, en la audiencia de formulación de cargos realizada por ante la jueza de Garantía Agustina Dopazo Samper, la Fiscalía presentó los hechos, pidió la medida de coerción e informó que evidencias fueron incorporadas a la causa y cuáles restan por producir. Las defensas técnicas, luego de escuchar al Ministerio Público Fiscal, solicitaron la prórroga de detención de ocho días, medida a la que hizo lugar la magistrada.
Las defensas
El abogado Rodolfo Mercau representa a Salama; Jorge Sosa a Manríquez; y el Defensor Oficial en lo Penal N° 1, Carlos Salazar, a Guzmán, Cuello y Sombra.
La teoría del caso de la Fiscalía
En su teoría del caso, Romagnoli dijo que los hechos comenzaron cerca de las 11:15 horas, cuando Guzmán, Salama, Cuello y una mujer identificada como Milagros Jazmín llegaron presuntamente armados al domicilio de la víctima, ubicado en calle Colón. Una vez allí, y tras discutir supuestamente en presencia de su familia, lo subieron a una camioneta Gran Cherokee.
Durante el trayecto, según denunció la víctima, fue golpeado con las armas que portaban sus agresores mientras le exigían que revelara el paradero de supuestas pertenencias de Guzmán. Posteriormente, lo trasladaron a una vivienda ubicada en calle Ejército de Los Andes, propiedad de Fernando Sombra, donde se encontraba esperándolo otro de los imputados, Manríquez.
Dentro de la casa, los atacantes presuntamente le sustrajeron objetos personales, lo desnudaron por completo, lo golpearon reiteradamente y le dispararon al suelo como forma de intimidación. La Fiscalía detalló además un intento de abuso sexual agravado.
“Después de varios minutos y al no escuchar ningún movimiento, solo una música muy fuerte, la víctima abre la puerta del baño y advirtió que ya no estaban los imputados cerca, por lo que logró escapar del inmueble con la ayuda de una niña -aparentemente menor de edad- que se encontraba allí, señalándole que no había nadie, y salió corriendo con todas sus fuerzas”, dijo Romagnoli.
Y agregó que el hombre saltó un portón que da a la autovía Eva Perón y buscó refugio en un local de venta de aberturas cercano, donde fue asistido y se llamó al 911. Su testimonio, junto a evidencia recolectada en allanamientos y análisis de cámaras de seguridad, permitió identificar a los presuntos autores y secuestrar elementos de prueba que los vincularían con el hecho.
La declaración de uno de los imputados
En el marco de la causa, Salama declaró y negó categóricamente haber estado armado o haber participado de forma violenta en los hechos y explicó que se limitó a manejar la camioneta y que, al llegar al domicilio de la víctima, este subió por su propia voluntad, sin estar maniatado ni amenazado, y se sentó en el asiento trasero. Aseguró que nadie le pegó durante el trayecto.
Ya en el domicilio de Ejército de los Andes, dijo que entregó las llaves del lugar a otro de los imputados, Matías Manríquez, y que se quedó en el comedor sin saber qué ocurrió luego. Indicó que se retiró del lugar alrededor de la una de la tarde, tras recibir un llamado de un amigo que necesitaba ayuda.
Fuente: Prensa Poder Judicial