Poco más de dos horas de la sesión de hoy en el Concejo Deliberante se fueron en debate del veto que el intendente Gastón Hissa realizó de la ordenanza que actualizaba la regulación de los escaparates de diarios y revistas, vigente desde 1966. Esta normativa buscaba incorporar rubros adicionales para estos kioscos que se han visto afectados por la masiva desaparición de diarios y revistas en los últimos años, estableciendo además requisitos más estrictos para la instalación en la vía pública, regulando además las dimensiones y condiciones de los puestos. Fue impulsada por el oficialista Mario Silvestri, pero no lo acompañó su bloque, sino la oposición, logrando la aprobación del proyecto por 8 votos afirmativos a 7 negativos el pasado 25 de septiembre.


El veto de Hissa manifiesta que la aplicación de esta ordenanza tendría un “fuerte impacto social económico, como la que nos ocupa, requiere de debate y consenso entre todos los actores involucrados; aquellos hacia quien va dirigida y están obligados a su cumplimiento; terceros que son afectados por su aplicación de manera directa o indirecta, y también a quien, le cabe la responsabilidad de hacerla cumplir, y financiar, tal es el caso del estado Municipal”. Luego agrega que la ordenanza “responde a la iniciativa de un solo vecino, receptada por un solo concejal de un bloque legislativo, y acompañada por el bloque que conforma la oposición en el cuerpo”.

“Lo veta sin fundamentos válidos”, dijo el opositor Andrés Russo, quien además se entabló en una nueva pelea con la presidenta del Concejo, Laura Sánchez, quien lo interrumpió en múltiples ocasiones cuando el intentaba realizar su moción de que el veto de Hissa vuelva al Poder Ejecutivo. “Acá ven como la señora interrumpe y el que falta el respeto soy yo. Lo que tiene que hacer es pedir la palabra y hablar con concejal, lo que pasa es que se olvida de que es concejal porque llegó de una forma bastante trucha. Tiene que ceder la presidencia y hablar, no interrumpir, abusando como siempre del cargo transfugueado que tiene”, le dijo el opositor a Sánchez, quien le pedía que inmediatamente realizara su moción. Esta pelea se repitió al menos 4 o 5 veces durante la sesión de hoy. 

Otro punto en el que reparó Russo es que el veto habla de la legitimidad de la ordenanza, señalando “la falta de acompafiamiento de siete de los quince concejales que conforma el cuerpo”. Esto es más que llamativo, ya que muchísimos proyectos del oficialismo han salido sin los 7 votos de la oposición, por lo que carecerían de legitimidad aplicando la misma lógica del veto.

La oposición habló largo y tendido sobre el tema, destacando cuestiones como que la ordenanza aprobada ni su veto fueron publicados en el boletín oficial. “Ni Milei se atrevió a tanto. Milei publica el veto, entonces cuando entra a la Cámara de Diputados realmente nadie discute el ingreso del veto del presidente. Acá se comieron el artículo 157 de la Carta Orgánica, un principio republicano de gobierno”, señaló la opositora Paulina Calderón.

Por su parte, Agustina Gatto señaló que “se han llevado puestas todas las instituciones” y que “Hissa está diciendo que no tenemos legitimidad para sancionar ordenanzas”; refiriéndose a lo que el veto dice sobre la falta de acompañamiento de 7 concejales.

De igual manera, quizás la alocución más importante fue la del propio Silvestri, quien recibió su tercer cachetazo del intendente en lo que va del año, pero aún no se anima a romper con el oficialismo municipal. “Los argumentos (del veto) se exhiben muy vagos, sin sustento y da la impresión de que les preocupa o molesta más el mensajero que el mensaje, postergando el interés público. Lamento que sea así y no estemos pensando en las necesidades de la sociedad”, dijo el oficialista, remarcando que, contrario a lo que dice el veto, esta ordenanza no supone ningún tipo de erogaciones ni obliga a nadie a cambiar su escaparate.

Silvestri remarcó que, con el paso del tiempo, de los 29 escaparates que había en la ciudad, 17 cerraron, mientras que los que están activos venden en su mayoría productos que no son diarios y revistas. Con respecto al planteo de falta de legitimidad que hace el veto, consideró que, si un proyecto aprobado por mayoría simple no es legítimo, “hay que cambiar la Carta Orgánica”.

Después de una hora de debate, se llevó a votación la moción de Russo de que se le dé un giro al veto para devolverlo al Ejecutivo. La votación fue 8 votos positivos (el PJ más Silvestri) contra 7 negativos, pero Sánchez y la secretaria Legislativa, Agustina Díaz Turk, consideraron que la moción fue rechazada, argumentando que eran necesarios 2 tercios de los votos para aprobarla.

Esto disparó otro larguísimo debate, donde desde la oposición señalaron que todas las mociones de giro, como la que había hecho Russo, se aprueban por mayoría; mientras que el oficialismo remarcó que no hay antecedentes de que se devuelva un veto al Ejecutivo sin haberle dado tratamiento. “Si este cuerpo pudiera todo el tiempo devolver (un veto) con mayoría simple, esto pasaría por encima de la Carta Orgánica que dice que se necesitan dos tercios para que se apruebe (o rechace). Entonces podría no gustarnos siempre las fundamentaciones del veto y no se procedería a la parte de que se necesitan 2 tercios”, argumentó la oficialista Micaela Medina.

Alejandro Cordido, por su parte, pidió que se formule una denuncia penal porque “se están introduciendo en un documento público datos falsos”. El tema terminó con una moción del opositor Gastón Témoli, quien pidió que se le pregunte a Díaz Turk por el resultado de la votación y que explique la norma que establece que un giro necesita de los dos tercios de los votos.

Para esta votación, Silvestri, vaya uno a saber por qué, se echó atrás y se abstuvo, por lo que la votación terminó en un empate que se decantó para el lado del oficialismo gracias al doble voto de presidencia.

Concluido este tema, la oposición realizó un planteo más que interesante, con una cuestión de privilegio en contra de Hissa, señalando que hace más de un año firmó el decreto de adhesión al decreto provincial que establecía un control toxicológico anual obligatorio para funcionarios y no se conoce públicamente si se ha realizado alguno. “Ha pasado ya más de un año y el intendente Hissa no se ha hecho ningún narcotest”, dijo Cordido, quien señaló que ni en el presupuesto ni en las cuentas de inversión figuran partidas para la realización de estos tests, por lo que calificó la firma de este decreto como algo solamente “propagandista”.

Al respecto, cabe señalar que Hissa adhirió al decreto provincial que establecía la realización de estos tests y que además existe una ley provincial que se aprobó con posterioridad, por la cual, al menos el Gobierno provincial, dejó de aplicar el decreto. Lamentablemente, nadie del oficialismo ofreció explicación alguna sobre cómo funciona la adhesión del municipio.

Por último, se aceptó la renuncia como asesor letrado de José Benito Muñiz Olivera Aguirre, quien, aseguran desde la oposición era un “ñoqui” que jamás pisó el recinto. Si bien esto último no se puede comprobar, sí se puede señalar que, en múltiples sesiones, la oposición solicitó la presencia de Muñiz Olivera Aguirre en el Concejo, lo cual jamás se efectivizó. Al expediente para el nombramiento de su reemplazo se le dio un giro, por mayoría simple, a la comisión de Legislación e Interpretación y a la de Hacienda y Presupuesto. Lo llamativo es que esto se realizó en una sesión especial, que comenzó en cuanto terminó la ordinaria. Generalmente, cuando se realiza una sesión especial ya está decidido el nombramiento, pero hoy el oficialismo municipal sorprendió enviando el proyecto a dos comisiones.