Para este lunes estaba previsto el veredicto en el juicio contra Marina Silva, la policía acusada de asesinar a sus dos hijos mientras dormían, pero la audiencia se suspendió y fue reprogramada para mañana. La defensora oficial, Agustina Tobares, ratificó que el objetivo de la defensa es atenuar la condena bajo el argumento de que Silva atravesaba un estado mental alterado y era víctima de violencia de género. La Fiscalía, en cambio, pidió prisión perpetua, mientras que la defensora pretende que la pena sea de 25 años de prisión.

“Nosotros no negamos los hechos ni lo ocurrido. Si esos hechos se cometen en determinadas circunstancias especiales, podrían atenuarse las penas. No sería una absolución, sino una reducción, lo cual dependerá del tribunal”, explicó Tobares en declaraciones a medios puntanos.

La defensora señaló que Silva padecía situaciones de violencia de género de larga data, incluso por parte de su expareja, quien en 2022 la habría atacado con un cuchillo e intentado quitarle su arma reglamentaria. A raíz de ese hecho, Silva realizó la denuncia, se activó el protocolo policial y fue pasada a disponibilidad, además de ser obligada a iniciar tratamiento psicológico.

Según Tobares, luego de que Silva retomara sus funciones, continuaron los episodios de violencia y la mujer dejó de asistir al terapeuta.

Otra de las líneas argumentales de la defensa apunta a la difícil situación económica que atravesaba Silva, quien estaba endeudada por varios millones de pesos con bancos y entidades financieras.

“Todo eso fue generando un cúmulo de presiones. Tenía el sueldo embargado y ya no podía sacar más préstamos. Terminó recurriendo a compañeros de trabajo y prestamistas informales”, detalló la abogada.

El veredicto se conocería este martes, mientras que en la audiencia de cesura, prevista para los próximos días, el tribunal definirá la condena.