El profesor “Tochi” Moreno recuerda que San Luis, desde hace 9 años, no cuenta con defensor del Pueblo.
Recordamos 30 años de las elecciones que abrieron el camino a una nueva etapa democrática. Etapa en la que soñábamos habría de prevalecer el respeto a la Constitución y las leyes, ya demasiado se había sufrido ignorándolas durante la dictadura de las FFAA (con apoyo de civiles).
Pero el vivir en el marco constitucional y legal, no tiene plena vigencia en nuestro San Luis.
1 – El art. 235 de nuestra Constitución crea la DEFENSORIA DEL PUEBLO, reglamentada por la ley VI-167/04; pero desde noviembre de 2004 no hay Defensor del Pueblo designado. Los legisladores responsables de esa elección no han movido un dedo desde el 2004 a la fecha para designarlo. Ni los legisladores ni los Vice gobernadores responsables de convocar la Asamblea Legislativa para esa tarea.
2 – El Capítulo XXVI de nuestra Constitución Provincial marca el Régimen Municipal, el que en sus artículos 249 a 257 señala qué órganos de gobierno tendrán las localidades según sus habitantes. La ley que reglamenta este régimen señala que tras cada Censo Nacional el Poder Ejecutivo debe establecer qué tipo de gobierno le corresponde a cada localidad.
Esto no ocurre en San Luis, desde hace mucho.
Los gobernadores Alberto Rodríguez Saá y Cladio Poggi han hecho caso omiso a mis Cartas Documento por las cuales supe intimarlos a cumplir con este Régimen Municipal. El Superior Tribunal de Justicia, ante mis denuncias de inconstitucionalidad, se ha expresa contradictoria y lamentablemente eludiendo responsabilidades.
En tantos años muy pocas voces se han levantado para denunciar esta situación, para exigir soluciones, para informar al pueblo. Por cierto que los legisladores de todo signo, se han quedado mayormente callados y quietos.
Pisoteando, ignorando, incumpliendo a ojos vistas el texto constitucional y las leyes que la reglamentan, estamos en un feudo en el cual el capricho de un par de dirigentes que actúan como amos y señores, puede más que el marco legal recuperado hace 30 años con tanto dolor, esfuerzo y sangre.
Como diría José Larralde, parece que por acá… la democracia no pasó. O al menos, una importante parte de ella.