La semana pasada trascendieron los detalles de las declaraciones juradas patrimoniales integrales de carácter público de los diferentes legisladores nacionales de San Luis. En particular se destacan los irrisorios montos en los que los ex gobernadores Claudio Poggi y Adolfo Rodríguez Saá tasaron sus fortunas.

El premio principal a la caradurez se la lleva el senador nacional Adolfo Rodríguez Saá, quien al día de hoy sigue sosteniendo que no tiene ningún bien inmueble. El ex gobernador que más casas hizo en la historia de San Luis no tiene casa. Según “el” Adolfo, su patrimonio es de $3.949.312 y, principalmente, está compuesto por dos autos y el dinero que le reportan sus empresas Payné, Las Aguilas y Cafulcurá.

El monto es más que ridículo ya que esto significaría que una persona que tenga un terreno de unos 400 metros cuadrados y una casa en el centro de la ciudad de San Luis tiene la misma “fortuna” que “el” Adolfo, quien, como reveló este medio, tan solo el año pasado hizo un impresionante negocio con su candidatura a presidente, gastando en Payné y la empresa de su novia más de $18 millones de fondos públicos nacionales.

Por el lado de Poggi, el diputado nacional fue muchísimo más sincero, y declaró, al cierre de 2015, la friolera de 18 bienes inmuebles. Eso sí, a cada inmueble le asignó valores increíblemente bajos y desactualizados, que en muchos casos no representan ni siquiera el 10% del valor de mercado de la propiedad.

Por ejemplo, a 2 de sus 15 departamentos les asignó un valor de $49.852. Estos departamentos en cuestión son de 40 metros cuadrados y, según una reconocida inmobiliaria a la que consultó La Gaceta, el valor de mercado actual es de un millón de pesos cada uno.

Otro bien de Poggi es un departamento de 96,06 metros cuadrados, que el ex gobernador tasó $65.216, mientras que su valor real de mercado estaría cercano a los $3.000.000. Otro buen ejemplo de los montos extremadamente bajos que el diputado nacional le asignó a sus bienes es un departamento de 45 metros cuadrados, con cochera, que según él cuesta $101.808 y no $1.500.000 como estimó la inmobiliaria consultada por este medio.

Así es como, en total, Poggi declaró que sus bienes inmuebles, que también incluyen propiedades rurales y departamentos en la provincia de Córdoba, suman un total de $2.990.928,56, cuando, en realidad, el valor de mercado sería superior a los 22 millones de pesos.

Otra ridiculez de la declaración jurada de Poggi es que sus departamentos parecen ser completamente inmunes a la inflación que asota a la Argentina. Solo por citar algunos ejemplos, los departamentos que, según Poggi, a fin de año costaban $49.852, a principios de 2015 tenían un valor de $50.820.

Por más que no lo dice en ningún lado, estos montos seguramente están basados en los avalúos fiscales de dichos terrenos, una trampa que los políticos del país vienen utilizando desde hace décadas en todo el país. Un ejemplo de ellos es lo ocurrido en la provincia de Mendoza, donde una gran cantidad de diputados declararon viviendas por montos realmente irrisorios.

Por otro lado, esta “trampa” con respecto al valor de los bienes inmuebles no se puede realizar con los automotores, por lo que es más que común que los políticos de la Argentina declaren vehículos que cuestan muchísimo más que una casa. En el caso de Poggi puede verse que declaró un Ford Ka modelo 2011 por un valor $106.000, por lo que dicho automóvil sería más caro que dos departamentos del ex gobernador juntos.

De igual manera, es destacable que Poggi se animó a declara un poquito más que Rodríguez Saá, ya que su patrimonio total, entre bienes, depósitos y dinero al final del año, suma $4.812.555,05; mientras que los de “el” Adolfo totalizan $3.949.312. Una cifra que seguramente ni él mismo se cree.