Practicar alguna actividad física en época de altas temperaturas provoca que el cuerpo incremente la irrigación sanguínea en la piel así también como la sudoración. Este proceso interno, denominado termorregulación, tiene como objetivo eliminar el calor acumulado en el interior y, de esta manera, disminuir o mantener la temperatura del cuerpo.

Ya sea que uno corra, juegue un partido de fútbol, ande en bicicleta o camine, es importante tomar ciertos recaudos cuando aumenta la temperatura; se recomienda, por ejemplo, realizar este tipo actividades antes de las 10 horas o después de las 18, cuando el clima se encuentra un poco más fresco; evitar el sol del mediodía y no olvidar aplicarse un protector solar adecuado. Para aclimatarse a las elevadas temperaturas, es indispensable usar ropa ligera y fresca, acompañado de una correcta hidratación y un posterior enfriamiento.

El ejercicio y la temperatura del aire provocan un aumento en la temperatura corporal. El cuerpo, para poder enfriarse, disminuye la cantidad de sangre en los músculos y envía ésta a circular a través de la piel. Si la humedad también es alta, el cuerpo se enfrenta a más estrés ya que el sudor no se evapora fácilmente y esto podría aumentar, aún más, la temperatura interna. En condiciones normales, la piel, los vasos sanguíneos y el nivel de transpiración se ajustan al calor, pero los sistemas de enfriamiento natural pueden fallar si estamos expuestos a altas temperaturas y a altos niveles de humedad y, como consecuencia, podemos sufrir:

1. Calambres. Son dolorosas contracciones musculares que afectan principalmente las pantorrillas, los cuádriceps y los músculos abdominales, los músculos afectados pueden sentirse firmes al tacto.

2. Agotamiento. Con el golpe de calor, su temperatura corporal se eleva hasta 40°C y puede experimentar náuseas, vómitos, dolor de cabeza, desmayos, debilidad, piel fría y húmeda.

3. Golpe de calor. La insolación es una condición de emergencia, que se produce cuando la temperatura corporal es mayor de 40°C, puede desarrollar confusión e irritabilidad. En este caso necesita atención médica inmediata.

Es necesario estar atentos y nunca menospreciar estos síntomas. Ante la presencia de alguno de ellos, es importante dejar de hacer ejercicio inmediatamente; bajar la temperatura corporal e hidratarse -sin esperar tener sed para hacerlo- tomando agua o bebidas deportivas que reponen sales y minerales. Si es posible, se recomienda humedecer el cuerpo con agua fría. En el caso de no mejorar después de 30 minutos, consultar inmediatamente al médico.

La Dra. María Valeria El Haj, directora médica de Vittal Emergencias, recomienda algunas claves para disfrutar plenamente de las actividades al aire libre:

Realizar ejercicio físico fuera de las horas centrales del día, es decir, a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Importante aprovechar los momentos y ambientes más frescos del día.

-Mantenerse bien hidratado antes, durante y después de la realización del ejercicio. Si la actividad dura menos de una hora, con tomar agua fresca (unos 125 cc cada 15-20 minutos) es suficiente. En cambio, si se extiende más de 60 minutos, habrá que ingerir bebidas deportivas o isotónicas (500 cc unos 60 minutos antes de iniciar el ejercicio y entre 100-125 cc cada cuarto de hora durante la práctica del mismo).

-Evitar la exposición directa al sol, usar ropa clara y liviana que permita una adecuada transpiración.

-Usar protectores solares. Ayudan a prevenir enfermedades de piel, disminuyendo el riesgo de generar cáncer de piel “melanoma”.

-Para tener en cuenta: los niños y los adultos mayores deben tener un cuidado especial, ya que su capacidad para controlar la temperatura es distinta; como así también aquellas personas que no hacen ejercicio físico habitualmente y que quieren realizarlo durante el verano.