Una estudiante vivió un muy mal momento en la biblioteca de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) porque supuestamente no estaba ācorrectamenteā vestida y una empleada le prohibió el ingreso. Estuvo varias horas en la biblioteca, pero una empleada que ingresó con el cambio de turno le llamó la atención por el short que usaba la joven y comenzó el altercado.
Micaela Guerrero, estudiante en la carrera de periodismo, relató a La Gaceta que ingresó a la biblioteca de la UNSL este lunes a las 10.30 donde permaneció hasta las 14 horas. Salió a almorzar y cuando volvió para seguir estudiando.
Cerca de las 17 horas cuando Micaela se disponĆa a irse advirtió que hubo un cambio de turno. āCuando me estoy retirando, cerca de la puerta, agarro mi mochila y cuando me agacho, la seƱora me empezó a gritar: āChiquita, chiquita, venĆ para acĆ”ā, pero con un tono agresivo. Yo no entendĆa nada lo que estaba pasandoā, contó la joven.
La sorprendida estudiante se acercó a la bibliotecaria: āLa mujer me dice que yo asĆ vestida no puedo entrar al establecimiento, la biblioteca, que me queda prohibido el paso y empezó a mirarme de arriba abajo cómo estaba vestida. Con mis amigas no entendĆamos nada lo que estaba pasando. Ella nos dice que era una falta de respeto como estaba vestida, que era una falta de respeto porque era un lugar pĆŗblico y porque habĆa compaƱerosā.
En ese momento, la empleada invocó el reglamento de la biblioteca. La ordenanza R N°3 establece en el artĆculo 24, incido E que ālos usuarios deberĆ”n asistir a biblioteca correctamente vestidos e higienizadosā.
Micaela llevaba puesta ropa cómoda teniendo en cuenta las altas temperaturas de ayer. AdemĆ”s, el aire acondicionado de la biblioteca no funciona, segĆŗn la joven. Como se ve en la foto tenĆa una camisa suelta y un short de tiro alto.
āPara mĆ no era una ropa inadecuada para estar en la biblioteca. Era un shortcito que todas las chicas usamos, tiro alto, me cubrĆa todo, tenĆa una camisa larga. No estaba mostrando nada fuera de lugar. Me empezó a gritar delante de todos. De la vergüenza, le juro que no podĆa reaccionarā, contó.
La estudiante agregó que la bibliotecaria, de unos 50 años empezó a gritarle. Ante tal panorama, Micaela y sus amigas se retiraron de la biblioteca.
Horas mÔs tarde, Micarla hizo público su caso en su cuenta de Facebook y tomó conocimiento que otros estudiantes también tuvieron altercados con la misma biliotecaria.