En la jornada de hoy por el femicidio de Romina Aguilar declararon dos de los tres acusados. El exintendente de La Calera, Diego Lorenzetti, esposo de Aguilar, y Edivaldo Pereira. El testimonio mĆ”s llamativo fue la del brasileƱo, quien denunció que fue torturado por la PolicĆ­a para firmar una declaración para inculpar del femicidio a Lorenzetti y a Cristian ā€œBoconetaā€ VĆ­lchez.

Vale recordar que Pereira y Vilchez estƔn acusados de ser los autores materiales del femicidio y Lorenzetti de ser el autor intelectual.

Pereira narró que en Homicidios fue golpeado y amenazado de muerte. ā€œMe empezaron a pegar y me dijeron que me iban a llevar a las Salinas y me iban a matar. Yo no dije nada si no sabĆ­a nadaā€, dijo el brasileƱo.

Luego manifestó que los policĆ­as de Homicidios lo llevaron en un Toyota Corolla en el que viajó aproximadamente 40 minutos hasta un campo donde supuestamente siguieron las torturas. ā€œEntramos a un campo y me hicieron asfixia con una bolsa, dispararon al lado de mi oreja y paliza, paliza y paliza. Que no me querĆ­an a mĆ­, que querĆ­an al Boconeta y a Lorenzettiā€, expresó el acusado.

ā€œDecĆ­an que sabĆ­an todo, que tenĆ­an escuchas, yo no sabĆ­a nada. Lo que tenĆ­a que hacer yo era firmar la declaración en el Juzgado y si no, me iba a matar a mĆ­, a mi mujer y a mi hija. No me quedó otra. Digo: Bueno, ā€˜voy a firmar la declaraciónā€™ā€, dijo Pereira.

Cuando accedió a firmar la declaración, los policĆ­as cesaron de golpearlo y lo llevaron nuevamente a Homicidios. SegĆŗn el acusado ā€œestaba arruinadoā€ y ā€œtenĆ­a dos bocasā€ por los presuntos golpes que le hicieron.

Luego fueron a Tribunales y lo llamativo es que Pereira contó que él fue manejando en su auto acompañado de un policía.

Una vez que llegaron a Tribunales, contó que lo llevaron ante la jueza Virginia Palacios y que junto con policĆ­as, y ā€œel doctor Salazarā€, redactaron la declaración para que firmara Pereira.

ā€œLa gente de Homicidios me llenaron de verso que yo no iba a ir preso, que me iban a dar protección de testigo. La protección que me dieron fue llevarme al Servicio Penitenciario y tirarme en medio de la población. AhĆ­ me trataron de mataconcha y policĆ­a. Yo jamĆ”s he matado a nadaā€, dijo el brasileƱo con un manejo del espaƱol algo imperfecto.

El brasileño manifestó que desde 2008 vive en San Luis y que conoció a Lorenzetti y Aguiar en ese tiempo. Sostuvo que estuvo el lugar del asesinato de Aguilar, cuya vida fue arrebatada a tiros en La Calera en 2016 cuando estaba en la puerta de su casa.

Por otra parte, se autodefinió como un trabajador, que tuvo ā€œalgunos problemas con la drogaā€, pero que no es violento.